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lunes, 25 de abril de 2011

Libia, la dificultad de ‘vender’ una guerra a la opinión pública

Libia, la dificultad de ‘vender’ una guerra a la opinión pública

A poco más de un mes de haber intervenido militarmente en Libia (17 de marzo del 2011) y con Muamar Gadafi aún aferrado al poder, EE.UU., Francia y Gran Bretaña parecen comenzar a replantearse una pregunta básica: ¿cómo se “vende” una guerra a la opinión pública?

Justificar una guerra suele ser tarea ardua, y en el caso de Libia los líderes de EE.UU., Gran Bretaña y Francia parecen dispuestos a “ajustar” el mensaje a medida que evolucionan el conflicto y la opinión pública.

De entrada, buscaron legitimar la intervención en Libia y marcar una diferencia respecto al antecedente de Irak, con una resolución de las Naciones Unidas que la avalara y tuviera el apoyo de la Liga Árabe.

El Consejo de Seguridad de la ONU promulgó la resolución 1973 que autoriza a “tomar todas las medidas necesarias” en Libia para “proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de ataques”, incluyendo crear una zona de exclusión aérea sobre el país para evitar los ataques aéreos y con artillería de las fuerzas de Muamar Gadafi contra civiles en las ciudades que tomaron partido contra su régimen, particularmente en el este de Libia. Sin embargo, la resolución excluyó la posibilidad de una “fuerza de ocupación extranjera” en el país.

Pero el conflicto en Libia está demostrando que será más largo, complicado y costoso de lo que se creía. “El problema verdadero es la duración. El riesgo es que la opinión pública vea a los países occidentales hundirse cada vez más en la guerra, como en Afganistán”, dijo Jean-François Daguzan, de la Fundación Para la Investigación Estratégica, en París.

Frédéric Dabi, del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP), señala que hasta el momento es clave el hecho de que el público ha percibido la intervención en Libia como algo diferente a Irak o Afganistán. “Se buscó mostrar que era algo delimitado en el tiempo”, dice.

Pero la guerra parece lejos de haber sido “vendida” definitivamente en los países de la coalición porque el cambio de régimen en Libia nunca fue una meta explícita de la Resolución 1973 de la ONU.

Esto se debe a que “contábamos con un derrumbe del régimen (de Gadafi) ante el empuje de los insurgentes y bombardeos de la coalición, pero nos damos cuenta que eso no funciona”, dice Daguzan.

“Una regla básica para que la opinión pública de un país apoye una guerra es mostrar progreso lo más rápidamente posible pero en la práctica los rebeldes libios no han sido capaces de lograr victorias importantes y la acción militar está estancada, explica Etienne de Durand, analista del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

Las encuestas también sugieren que los occidentales están preocupados por los costos económicos de la intervención en Libia cuando sus propios países proclaman austeridad fiscal y reducen el gasto público, pues salir de una guerra puede resultar más difícil que entrar, como fue el caso de EE.UU. en Irak.

En Occidente hay consenso sobre las atrocidades que Gadafi ha cometido contra su pueblo pues la represión de las fuerzas de seguridad contra quienes salían a las calles a manifestarse contra su régimen dejó unos mil muertos y por ello el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, incluso Rusia y China, tradicionalmente cercanos al líder libio, lo denunciaron por presuntos crímenes contra la Humanidad para que sea juzgado en el Tribunal Penal Internacional (TPI).

Pero cómo lograr su caída es una pregunta sin respuesta, y la posibilidad de vender una nueva estrategia a la opinión pública muestra limitaciones.

Esta semana, Gran Bretaña y Francia, así como Italia, país que apoya logísticamente la misión, anunciaron separadamente el envío de asesores militares para los rebeldes libios. Londres indicó que serían hasta una docena, París, menos de diez y Roma una decena.

Los tres gobiernos negaron que vayan a involucrarse directamente en combates de tierra y el canciller británico, William Hague, afirma que el envío de asesores militares está “en consonancia con la Resolución 1973 de la ONU” detallando que darán “asistencia no letal” en comunicaciones y logística.

Pero como algunos políticos británicos ya lo han advertido, la intervención de Estados Unidos en Vietnam empezó cuando un presidente decidió enviar consejeros militares a ese país.

Apuntes: Zona de combate
Rebeldes aseguran Misrata
El régimen libio retiró sus tropas de la ciudad de Misrata, donde los combates ayer dejaron 25 muertos y 100 heridos y anunció que confiará los combates a las tribus leales.

Aviones sin piloto
El Pentágono dijo que la Fuerza Aérea realizó ayer la primera incursión con un avión no tripulado Predator armado con misiles.

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