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martes, 30 de agosto de 2011

Frantz Fanon y la cuestión nacional

Frantz Fanon y la cuestión nacional
Aquellos que insisten en minusvalorizar la importancia de la conciencia nacional y plantean que la conciencia nacional es un impedimento a la verdadera conciencia de clase deben releer a Fanon. No hay internacionalismo verdadero sin la abolición del colonialismo, neocolonialismo o cualquier variante de lo que significa la subordinación de las naciones a las pretensiones hegemónicas del Capital Internacional y sus principales agentes. La imposición de los TLC a Colombia, México, Dominicana, Panamá, Chile etc. es una versión apenas acicalada del viejo imperialismo de siempre. Minusvalorizar la importancia de la cuestión es hacerle el juego al imperialismo y negarle vigencia a la importancia de este factor en Euskal Herria, Galiza y la visión Bolivariana de Nuestra América.

A pocos meses de que se cumplan los 
50 años de la muerte de uno de los teóricos marxistas y humanistas más 
influyentes de la década de los 60 en los movimientos de liberación nacional de 
África y América Latina, es preciso recuperar algunas ideas de actualidad 
recogidas en su inmortal obra «Los condenados de la tierra (1)»(Frantz Fanon, 
1925-1961).




En la comunicación dirigida al Segundo Congreso de Escritores y Artistas 
Negros, celebrado en Roma (1959), el pensador revolucionario Frantz Fanon se 
posicionó claramente contra aquellos que, amparados en algunas citas de los 
clásicos del marxismo pero olvidándose de la riqueza del análisis marxista (el 
análisis concreto de la situación concreta), rechazaban las reivindicaciones 
nacionales en los países del llamado Tercer Mundo.



«Ha llegado el momento de 
denunciar el fariseísmo de algunos»que dicen que ha llegado la hora «de 
los grandes conjuntos»y que«los anticuados del nacionalismo deben 
corregir sus errores», de los que piensan que la reivindicación nacional 
«es una fase que la humanidad ha superado».




Con una notoria claridad dialéctica de lo que significan los conceptos 
antagónicos unidad-separación, individual-universal y nacional-internacional, 
escribe que la conciencia de sí mismo no es una cerrazón a la comunicación con 
el otro, sino, todo lo contrario, es su garantía, como nos enseña la reflexión 
filosófica.



«La conciencia nacional (que no es el nacionalismo, remarca) es la única que nos da una dimensión internacional».



Y continua, «si 
la construcción nacional es verdadera, es decir, si traduce la voluntad 
manifiesta del pueblo,» entonces la construcción nacional va acompañada 
necesariamente del descubrimiento y la promoción de valores universales.



Lejos 
de alejarse de otras naciones, la liberación nacional es la que hace presente a 
la nación en el escenario de la historia.



Es en el corazón de la conciencia 
nacional donde se eleva y se aviva la conciencia internacional (pág. 227)».




Ahora que la lucha de liberación nacional y social en Euskal Herria ha tomado 
un auge inusitado y lleno de esperanzas, y en otras nacionalidades como Galiza 
están tomando fuerza y reorganizándose las fuerzas independentistas y 
socialistas, las ideas de Fanon cobran una clarividente actualidad.



Solo se 
puede ser independentista si se es internacionalista y se tiene como meta una 
sociedad socialista.



Pero no para construir un socialismo burocratizado y 
fosilizado, sino un socialismo de hombres y mujeres nuevos, dotados de una moral 
y forma de vida superiores.



Todo el libro está recorrido por una idea motriz: 
«la descolonización realmente es creación de hombres nuevos»(pág. 31), 
por lo que «hay que elevar al pueblo, ampliar el cerebro del pueblo, 
llenarlo, diferenciarlo, humanizarlo»(pág. 180).



Y termina finalmente 
diciendo: «compañeros, hay que cambiar de piel, desarrollar un pensamiento 
nuevo, tratar de crear hombres nuevos»(pág. 292).




Al igual que el Che Guevara (del que se dice que leyó la obra de Fanon y, 
según la hija de éste, Mireille (2), tradujo «Por la revolución africana»(3)), 
esta idea del “hombre nuevo” atraviesa buena parte de su obra.



Liberar 
una nación oprimida y colonizada no es un fin en sí mismo, no basta con ser 
independientes y reformar el aspecto del antiguo régimen.



Si en el proceso de la 
lucha los hombres y mujeres que se han comprometido en ella se han transformado, 
y han dejado atrás prejuicios e ideas burguesas, reaccionarias e imperialistas, 
su completa liberación y la de todo el pueblo no puede quedarse aquí, en el 
momento de la independencia.



«Cuando la nación se impulsa definitivamente, el hombre nuevo no es un producto “a posteriori” de esa nación, sino que 
coexiste con ella, se desarrolla con ella, triunfa con ella.



Esta exigencia 
dialéctica explica la reticencia ante las colonizaciones adaptadas y las 
reformas de fachada.



La independencia no es una palabra que deba exorcizarse, 
sino una condición indispensable para la existencia de hombres y mujeres 
realmente liberados, es decir, dueños de todos los medios materiales que hacen 
posible la transformación radical de la sociedad»(pág. 287).




Fanon, aunque nacido en la isla caribeña de la Martinica (antigua colonia 
francesa y actualmente denominada «departamento de ultramar») y educado en la 
cultura francesa, desconfía de la ideología burguesa imperante en Europa, que 
aunque progresista, humanista y «revolucionaria»en sus principios se ha 
convertido en el sostén ideológico del imperialismo y el colonialismo.



Asimismo 
no le convence el anquilosamiento y pragmatismo que observa en los países del 
llamado «socialismo real».



Y por eso llama a pensar y crear con la propia 
cabeza, en sus realidades peculiares y originales.



E insiste en que, frente al 
estancamiento del pensamiento humanista en Europa, en las naciones liberadas del 
colonialismo hay que huir de imitar nada, ni de envidiar nada de la ideología 
(capitalista y colonialista) europea, «hay que reformular el problema del 
hombre,» el problema de la realidad cerebral de toda la humanidad cuyas 
conexiones hay que multiplicar, cuyas redes hay que diversificar y cuyos 
mensajes hay que rehumanizar»(pág. 290).




Como andaluz que soy, me ha llamado de forma muy poderosa la atención el 
párrafo final de «Los condenados de la tierra»: «Por Europa, por nosotros 
mismos y por la humanidad, compañeros, hay que cambiar de piel, desarrollar un 
pensamiento nuevo, tratar de crear un hombre nuevo»(pág. 292).



El lema de 
Andalucía, propuesto por Blas Infante y aprobado en la Asamblea de Ronda en 1918 
es: «Andalucía por sí, para España y la Humanidad».



¿No parece muy similar hasta 
en su construcción gramatical? De nuevo aparece en una unidad dialéctica el 
carácter nacionalista e internacionalista, por un lado, y el humanismo, el 
hombre nuevo, por otro.



Lo he investigado pero no tengo constancia de que Fanon, 
que viajó mucho por el norte de África y estuvo en el Sahara, conociera la obra 
de Blas Infante, pero aun así la coincidencia me sigue dejando perplejo.




Algunos medios independentistas andaluces recomiendan la lectura de Fanon de 
forma genérica, pero el antropólogo Isidoro Moreno, catedrático de la 
Universidad de Sevilla, va más allá al analizar la violencia y represión que 
ejerce el estado multinacional a veces de formas sutiles.



Al hablar de la 
situación que padece Andalucía escribe: «Para que nuestra identidad histórica 
y cultural no se deteriore más aún de lo que ya está, y pueda desplegarse 
creativamente, debemos evitar caer en el «síndrome del colonizado», expresión 
exacta con la que Frantz Fanon denominó la interiorización enfermiza de la 
dependencia y la subalternidad por parte de los pueblos dominados, con el 
consiguiente ocultamiento o minusvaloración de sus culturas propias»(4) 
(pág. 260).




De Frantz Fanon se ha dicho que pocos revolucionarios han tenido un impacto 
tan profundo sobre la identidad negra como él, ejerciendo su obra una poderosa 
influencia sobre el movimiento de los derechos civiles en EE.UU., y los 
movimientos por la conciencia negra de todo el mundo, desde el Black Power hasta 
los Black Panthers.



Pero por encima de todo, la figura de Fanon se agiganta por 
su clarividencia y coherencia teórica y práctica.



No solo era negro y trabajó 
como psiquiatra en Argelia; no solo por eso fue un antirracista, africanista y 
simpatizante de la liberación argelina del colonialismo francés.



Por eso, como 
consecuencia de eso, y por encima de todo eso, era un pensador y teórico 
marxista que se comprometió con la militancia revolucionaria hasta sus últimas 
consecuencias.

A su lado profundamente humanista después de ver y tratar los 
horrores de la guerra y la tortura en Argelia, se le une su defensa mantenida 
del derecho de ejercer la violencia revolucionaria y la lucha guerrillera en 
determinado momentos de la historia liberadora de los pueblos oprimidos.

En ese 
aspecto, su figura debe asociarse a la del ejemplar guerrillero comunista, el 
Che Guevara.


Y para terminar os dejo los títulos de dos documentales que tratan algunos 
aspectos de la vida y la obra de Fanon: 
- «Frantz Fanon, une vie, un combat, une oeuvre »

- (F. Fanon, una vida, un 
combate, una obra) de Cheikh Djemai (2001), que ha podido verse en festivales 
como el Festival de Cine Africano de Tarifa (2009).


- «Frantz Fanon, moria de asilo» (Frantz Fanon, mémoire d'asile, 
2002) de Abdenour Zahzah y Bachir Ridouh, que se ha podido visionar 
recientemente en festivales como los de Sant Feliu de Llobregat (2010).

- «Frantz Fanon, Black Skin White Mask»(1996) de Isaac Julien.

Está disponible en youtube, en francés y con subtítulo en inglés.


Parte 1: http://www.youtube.com/watch?v=-KNSipIY5cI&feature=related 
Parte 2: http://www.youtube.com/watch?v=HX0yxe02DG8&feature=related 
Parte 3: http://www.youtube.com/watch?v=ZZ85LTOxWfU&feature=related 
Parte 4: http://www.youtube.com/watch?v=ZKTyP00bdko&feature=related 
Parte 5 y final: http://www.youtube.com/watch?v=0mKQIuHQwvo&feature=related 

(1) Frantz Fanon. Los condenados de la tierra. Fondo de cultura económica 
(Colección Popular). México, 1963. La editorial Txalaparta publicó una edición 
en 1999 y actualmente está agotada.


(2) «El aporte de Frantz Fanon dentro del proceso de liberación de los 
pueblos»escrito por su hija Mireille Fanon-Mendès France, publicado en la web 
de la Fundación Frantz Fanon.

(3) Frantz Fanon, «Por la revolución africana: escritos políticos», FCE, 
México, 1965


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