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lunes, 31 de octubre de 2011

“Destruir Wirikuta es dejar sin brújula al pueblo huichol”

GUANAJUATO: “Destruir Wirikuta es dejar sin brújula al pueblo huichol”Mónica Mateos-Vega /La Jornada
“Destruir el sitio sagrado de Wirikuta es algo grave porque se está destruyendo la brújula de un pueblo”, afirma el artista huichol Álvaro Ortiz López. El también pianista se encuentra en Guanajuato como parte de la delegación de Nayarit, estado invitado a la edición 39 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

La explotación por mineras canadienses en la zona de Real de Catorce, en San Luis Potosí, donde se localiza Wirikuta, lugar hacia el cual el pueblo wixárika (huichol) ha peregrinado desde hace cientos de años, es “un genocidio”, añade tajante, en entrevista con La Jornada, “porque dentro de nuestra cosmogonía ahí es donde nuestro pueblo recibe su orientación. Entonces, es como si nos estuvieran matando la brújula, y nos quedaremos nadando a la deriva”.

Álvaro Ortiz está al frente de un proyecto que tiene encantados a los visitantes cervantinos, nacionales y extranjeros, pues cubre un piano de cola “con la piel de nuestra cultura”: miles de chaquiras de colores. El instrumento estará totalmente cubierto de chaquira, excepto las teclas, y en la tapa superior el motivo principal será la cara de un jaguar.

Con la ayuda de los artesanos Emilio González y Manuel Díaz González, Ortiz crea un pianol, o pihanuwixa, que en huichol significa “tiempo de maniobrar sobre el piano”.

Los tres empezaron a trabajar un día antes de que comenzara el festival cervantino. Es una labor meticulosa que concluirán en diciembre. Se encuentran en el vestíbulo del edificio que ya es conocido como Casa Nayarit, al cual acuden los turistas, que se sorprenden por la dedicación y el arte de esos jóvenes.

Concierto en la presa de la Olla

Con el pianol a medio decorar, Álvaro Ortiz ofreció hace una semana un concierto en la presa de la Olla. Su idea era llevar después el pihanuwixa a San Luis Potosí, para protestar por la intromisión de las mineras en el lugar en que según su cultura se encuentra la matriz de la lluvia y de la fertilidad, porque es el sitio “en que nació el sol, pero resultaba muy complicado transportar el instrumento”, lamenta.

El artista considera que existe una confusión en este conflicto: “se culpa a Canadá de lo que ocurre, cuando es el presidente de México el que debe entender, analizar, tomar conciencia y decidir si es necesario desorientar a un pueblo de esa manera.

“Los huicholes hemos convivido siempre en equilibrio con la naturaleza. En este sentido, la amenaza no son los canadienses, sino el gobierno mexicano, que desconoce su historia, desconoce a su pueblo y el artículo segundo de la Constitución, donde se dispone que la nación es pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos indígenas.”

Denuncian discriminación

Los jóvenes artesanos que trabajan en el pianol fueron invitados el jueves a San Miguel de Allende para realizar un ritual, al término del cual pidieron respeto por su tierra y su cultura, y denunciaron que se les ha discriminado.

Álvaro Ortiz dijo que mientras a otros artistas y a los funcionarios de Nayarit, así como a los participantes de los países nórdicos –invitados al Festival Internacional Cervantino–, se les hospeda en cómodas habitaciones de hotel, a los organizadores del encuentro “se les olvida que los indígenas también necesitamos una habitación”.

Así que ellos pernoctan en un pequeño cuarto, con catres y colchones inflables en el piso, al que van a llegar otras cuatro personas. Allí pasarán las noches que restan al festival, hacinadas, al menos nueve personas.

Otra manera de discriminarlos, afirmó Ortiz López, fue presionarlos para reducir 30 por cierto el presupuesto para elaborar el pihanuwixa.

“El costo de los proyectos siempre es la parte triste, pues en general en México muchos consideran que el trabajo de un artista no debe tener valor monetario, sino que se nos debe dar algo ‘simbólico’. Uno trata de defenderse, pero quienes toman las decisiones siempre nos arrinconan de tal manera que no hay otra opción para desarrollar las propuestas más que bajo sus condiciones”, detalla el artista.

Lo mismo ocurrió cuando le propusieron hacer el vochol, automóvil Volkswagen decorado en el exterior y el interior con motivos huicholes en chaquira.

La pieza se exhibe actualmente en Guadalajara con motivo de los Juegos Panamericanos. Fue realizada por artesanos nayaritas y jaliscienses, quienes trabajaron durante 2010 por espacio de nueve meses, con el apoyo de la sociedad de amigos del Museo de Arte Popular, así como de los gobiernos de Jalisco y Nayarit.

El auto se cotiza en este momento en más de 3 millones de pesos, aunque se espera que suba de precio, pues será subastado cuando concluya un largo itinerario por museos de arte contemporáneo de Francia y Alemania. Se informó que la totalidad de los fondos recaudados se destinará a resguardar e impulsar los talleres artísticos y el trabajo en las comunidades de la sierra huichola.

“Pero cuando me llamaron para trabajar en el auto me confronté con los patrocinadores. Me hicieron ver que mi opinión no contaba en sus terrenos. Me decían: ‘el gobernador ya nos dijo que si no lo quieres hacer, pues van a traer a otro artesano’. O sea, lo hacía como ellos querían o me sacaban de la jugada. Para un artista esas actitudes son muy impresionantes, pues uno tiene proyectos que requieren cierto presupuesto que uno determina, pero ellos se ponen a regatear sobre nuestro trabajo.

“Otro factor es que, de manera inevitable, uno es indígena y siempre piensan que nuestro trabajo vale menos que el del artista que no lo es. Esta es una discriminación que hacen los gobiernos en todos lados. Ellos creen que uno no se da cuenta, pero lo vemos.

“Por ejemplo, en esta ocasión tuvimos que bajar nuestro presupuesto 30 por ciento, y eso es triste, pero no hay otra opción si queremos estar en este proceso; ya llegarán otras circunstancias, de eso estoy seguro”, agrega.

Por abrir caminos

Ortiz explica que cuando trabaja elaborando artesanías con chaquira, ya sea en la decoración de cabezas de jaguar o máscaras, “tenía una sensación de saturación, debido a la explotación comercial de esas piezas; entonces pensé en abrir caminos para no estancarme, para fluir, y desarrollé otras propuestas, llevé este arte a los cuadros”.

Luego de realizar el vochol y el pianol, el artista señala que ya no se va a limitar en cuanto a los materiales de los objetos que tenga oportunidad de intervenir, “porque lo que no cambia es el arte, que siempre se basará en los patrones de la cosmovisión de mi pueblo, la cultura wixárica”.

El pihanuwixa pertenecerá al Teatro del Pueblo de Tepic. “Se quedará en Nayarit para que sea parte del acervo del pueblo del estado y de la cultura huichola. Espero que viaje por todo el país, adonde ofreceré conciertos, porque también se conjuga aquí la oralidad, pues canto canciones en mi lengua materna y eso es lo que espero compartir con todas las personas”, concluye.
MEXICO: La larga marcha contra mineras
Daniela Pastrana / IPS

Dejaron sus casas y su fiesta de la cosecha en la sierra Occidental y viajaron 20 horas, vestidos con sus tradicionales ropajes multicolores, hasta la capital mexicana para reclamarle al presidente Felipe Calderón que cancele la explotación minera que puede hacer desaparecer su cultura.

Unos 200 integrantes de la etnia wixárika (huichol), que habita en los occidentales estados de Jalisco, Nayarit y Durango, manifestaron el miércoles 26 y el jueves 27 en la ciudad de México en reclamo de la cancelación de las concesiones mineras a empresas extranjeras en el desierto de San Luis Potosí, donde se localiza Wirikuta, una región considerada sagrada por los indígenas.

"Queremos vida, queremos existir", dijo en conferencia de prensa Santos de la Cruz, uno de los representantes del pueblo wixárika.

"El Estado está asesinando y secuestrando nuestros territorios sagrados. Quieren acabarnos, asesinar a nuestra Madre Tierra. Traemos ese mensaje para que considere y cumpla su palabra (el mandatario), como lo ha planteado en la ley", agregó.

Los wixáritari (en su forma plural) son uno de los pocos pueblos originarios que conservaron mayoritariamente su identidad espiritual prehispánica, basada en cuatro deidades, que son el maíz, el águila, el ciervo y el peyote, un hongo alucinógeno que no crece en la sierra donde viven pero es abundante en Wirikuta, la región desértica del estado de San Luis Potosí que tiene a Real de Catorce como puerta de entrada.

Real de Catorce fue una de las principales áreas mineras de la colonia española en lo que hoy es México, pero ahora es muy popular entre los turistas que, junto con universitarios, ecologistas y artistas, se han sumado en las redes sociales a la defensa de Wirikuta. "Lo más importante que está en juego es lo que sucede en Wirikuta en estos momentos. Defendamos nuestra tierra, defendamos la humanidad", escribió en su cuenta de Twitter el actor mexicano Gael García Bernal, mientras los indígenas marchaban hacia la casa presidencial.

Calderón, vestido con la ropa del pueblo huichol, fue testigo en abril de 2008 del pacto Huauxa Manaka, firmado por los gobiernos de cinco estados para la preservación y el desarrollo de la cultura wixárika.
Sin embargo, el gobierno nacional entregó 22 concesiones en 2009 para la explotación minera a la compañía canadiense First Majestic, a través de su filial Real Bonanza.

Alrededor de 70 por ciento de las 6.326 hectáreas que abarca el área entregada a First Majestic están dentro de Wirikuta. En pleno corazón de ese territorio, en el área de El Bernalejo, el gobierno otorgó otras dos concesiones a la también canadiense West Timmins Mining.

Integrantes del movimiento Salvemos Wirikuta aseguran que hay al menos 30 proyectos mineros en Wirikuta que, desde 1988, está incorporada a la red mundial de sitios sagrados naturales declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Culgura.

"Las autoridades se han mostrado sordas a peticiones anteriores. Las empresas están haciendo exploraciones y, pese a que el gobierno dice que no hay solicitudes de impacto ambiental, no le retiran las concesiones", dijo a IPS el indígena Rodolfo Cossío Candelario, encargado del centro ceremonial wixárika de la comunidad de Santa Catarina, en Jalisco.

Además del problema cultural, Wirikuta implica un problema legal y ecológico, pues la zona, que abarca 140.000 hectáreas en siete municipios del altiplano potosino, fue declarada Reserva Natural Protegida en 2001.

Se trata de un área rica en biodiversidad, que concentra la mayor presencia de cactáceas endémicas, según documentó Conservación Humana, una organización no gubernamental que promueve la protección del corredor biocultural de los santuarios huicholes. "Es una isla de vegetación en medio del desierto, y allí se encuentra la huella más antigua del hombre en el continente americano", afirmó Humberto Fernández, director de Conservación Humana. Quizá por eso los wixáritari dicen que, "si Wirikuta se destruye, el mundo también se termina".

En la ciudad de México, los wixáritari anunciaron una serie de encuentros culturales para apoyar su lucha, como una subasta de arte, promovida por el actor Daniel Giménez Cacho.

También se organiza un gran concierto, al que denominan "Wirikuta Fest", que se realizará en febrero y en el que se prevé la participación del cantante franco-español Manu Chao, el grupo puertorriqueño Calle 13, los colombianos Aterciopelados y los mexicanos Café Tacuba y Los Tigres del Norte.
Pero Wirikuta no es el único problema que tiene el gobierno nacional de Calderón por las concesiones para la explotación minera en territorios indígenas.

Resistencias similares a la de los huicholes se registran con la firma Minera San Xavier en los centrales estados de San Luis Potosí y Zacatecas, así como en el sureño Guerrero, donde se encuentra la más prometedora ampliación de reservas de oro de México y donde la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y la Policía Comunitaria indígenas mantienen una fuerte oposición a la explotación.

Según datos de la CRAC, una décima parte del territorio de Guerrero ya está entregada en concesión a empresas que operan minas a cielo abierto, una de las formas de explotación más devastadoras por sus consecuencias para la salud humana y el ambiente.

La CRAC determinó el 26 de febrero el rechazo de los pueblos de Guerrero a la explotación minera, mientras que a comienzos de este mes la Policía Comunitaria desplegó 700 efectivos en caminos y veredas para impedir el trabajo de las empresas.

La tensión creció a partir del martes 25 cuando militares y agentes federales detuvieron al integrante de la etnia me'phaa Agustín Barrera Cosme tras ingresar a territorio controlado por la policía indígena para rescatar a cinco personas que habían sido apresadas por las autoridades locales.

"No podemos dejar que se exploten las tierras sin consultar a los pueblos", dijo a IPS el asesor jurídico de la CRAC, Valentín Hernández.

El choque de trenes entre el gobierno de Calderón y los pueblos indígenas por el tema minero parece inevitable.

Al día siguiente de que el indígena guerrerense fuera llevado a un penal estatal, el mandatario afirmó, de visita en el mismo estado de Guerrero, que la minería ya consolidó 12.000 millones de dólares de inversiones durante su mandato, iniciado en diciembre de 2006, y que el país ha vuelto a convertirse en el principal productor de plata del mundo y el noveno de oro.

"Hemos apoyado, con hechos, al sector minero, y hoy se encuentra en un excelente momento", dijo Calderón, en un discurso que omitió cualquier referencia a las resistencias

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