12 de febrero de 2013
Caso The Guardian: maniobra diplomática, no “disculpa”
Jenaro Villamil
Con gran despliegue, el martes 5 Televisa difundió la noticia de que había llegado a un acuerdo con el periódico inglés The Guardian para emitir un comunicado conjunto en el que anunciaban un acuerdo amistoso para dirimir sus diferencias en torno a las acusaciones de que el consorcio mexicano había realizado promoción subrepticia para beneficiar a Enrique Peña Nieto. Medios y comentaristas ligados a la televisora dijeron que el rotativo se había disculpado, lo cual explícitamente no es cierto. En su espíritu, la postura del diario británico sólo podía entenderse como una hábil maniobra diplomática para ahorrarse engorrosos litigios.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Desde mediados de enero pasado, los directivos del periódico The Guardian tomaron una decisión frente a la amenaza de un largo litigio en tribunales británicos con el Grupo Televisa: era necesario llegar a un arreglo con el consorcio dirigido por Emilio Azcárraga Jean para evitar el pago de una fuerte sanción económica.
En Gran Bretaña, la mayoría de los jueces ha favorecido en los últimos años a quienes promueven las demandas por daño moral contra los grupos mediáticos. El mismo The Guardian fue obligado mediante orden judicial a revelar en 1983 una fuente confidencial que detonó el escándalo de la presunta instalación de misiles crucero estadunidenses con armas nucleares en territorio británico.
En los últimos años, a raíz del escándalo de espionaje telefónico y fabricación de notas por parte del semanario News of the World, del magnate Rupert Murdoch –detonado y documentado precisamente por The Guardian–, así como las demandas contra la BBC y otros medios impresos británicos, los corporativos mediáticos prefieren evitar las demandas, según confirmaron a Proceso dos despachos de abogados conocedores de esta situación en el Reino Unido.
Frente a este panorama, el martes 5 Televisa y The Guardian dieron a conocer un comunicado en el que el periódico británico cede y acuerda con Televisa “resolver amistosamente” sus diferencias, surgidas a raíz de la publicación de una serie de reportajes que confirmaban lo que Proceso había documentado desde octubre de 2005: la existencia de un “plan de acción” y de contratos para promover al entonces gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, mediante entrevistas pagadas y publicidad encubierta en programas de espectáculos.
Redactado con sumo cuidado y en un tono amable y condescendiente con el Grupo Televisa, The Guardian no desmiente la información publicada por su corresponsal en México, Jo Tuckman, pero tampoco defiende el contenido de los reportajes publicados del 7 al 26 de junio de 2012, como sí lo había hecho anteriormente frente a una andanada de airadas réplicas enviadas a la redacción del periódico británico por Regina Moctezuma, responsable de comunicación corporativa del Grupo Televisa.
En el comunicado conjunto del martes 5, ambas empresas acuerdan arreglar la disputa mediante una declaración conjunta en la cual The Guardian reitera que “no fue posible verificar la autenticidad de los documentos en cuestión”, en clara referencia al conjunto de archivos informáticos que hablaban de un “Plan de Acción” del Grupo Televisa para favorecer a Peña Nieto.
“The Guardian publicó estas acusaciones de buena fe, basado en el material entregado por una fuente confidencial”, precisa la declaración conjunta. El periódico británico afirma que “no tuvo la intención de sugerir que estos documentos constituían una prueba concluyente de parcialidad o sesgo informativo por parte de Televisa.
“The Guardian reconoce que Televisa y sus periodistas buscan mantener los más altos estándares editoriales y comprende que lo publicado haya causado profundo malestar”, establece el diario.
El mismo día, algunos programas radiofónicos y comentaristas vinculados a la televisora mexicana editorializaron señalando que The Guardian “se disculpó” con Grupo Televisa, pero en ninguna de las líneas del comunicado se habla de una disculpa.
El excanciller mexicano Jorge G. Castañeda declaró en Radio Fórmula que “los buenos negociadores que tiene Televisa en estos asuntos realmente pudieron llegar a un muy buen acuerdo con The Guardian, que emitió una declaración que no es una disculpa”.
Instituciones avaladas
El rotativo británico también reconoce que “la cobertura de noticias políticas de Televisa ha sido resuelta por el Tribunal Electoral Federal de México y cumplen con las estrictas regulaciones de radiodifusión del país sobre imparcialidad política”.
“The Guardian aclara con gusto cualquier malentendido involuntario” que se haya generado, ya que tanto el IFE como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvieron que las acusaciones del Partido de la Revolución Democrática sobre una cobertura parcial de Televisa, a favor de Peña Nieto, “fueron declaradas sin fundamento”.
El comunicado conjunto apareció el mismo día que el Consejo General del IFE debía discutir y resolver el dictamen sobre el rebase de topes de gastos de campaña en los comicios de 2012, mediante el cual eximía a Peña Nieto y al PRI de cualquier violación al tope de 327.5 millones de pesos para los candidatos presidenciales.
El dictamen original de la Unidad de Fiscalización del instituto –que fue regresado por los consejeros– establecía que en la campaña de Peña Nieto hubo cero gastos en producción de radio y televisión. Proceso publicó durante la campaña que la mayoría de los spots y promocionales del candidato presidencial priista se realizaron en la empresa del productor de Televisa Pedro Torres, sin dejar ninguna prueba contable.
En la “fe de erratas” que la entidad fiscalizadora dio a conocer el miércoles 6 se indicó que los gastos en producción de radio y televisión ascendieron a 44 millones 318 mil pesos, pero no desglosó con qué empresas se realizó. Según el mismo reporte, Peña Nieto destinó 20.6 millones en páginas en internet, 93.9 millones en espectaculares, 1.3 millones en diarios y medios impresos y 57.9 millones en “gastos de operación de campaña”. En total, en gastos de propaganda, la unidad acreditó un gasto de 280.3 millones de pesos.
Desde el pasado 16 de julio, los abogados del Grupo Televisa interpusieron ante el TEPJF un alegato jurídico dentro del juicio de inconformidad presentado por la coalición del Movimiento Progresista en contra de la resolución del IFE que concluyó que eran “aseveraciones infundadas” las acusaciones de parcialidad y de compraventa de espacios en la pantalla de Televisa, por parte de Peña Nieto.
En su extenso alegato, Televisa reprodujo los comunicados y correos electrónicos que envió a The Guardian desde el día en que se publicó el primer reportaje de Jo Tuckman.
En una de las partes medulares de esos comunicados, dirigidos a Chris Elliot, editor de la redacción, y a Alan Rusbridger, editor en jefe de The Guardian, Televisa le reclama a este diario que su información “es la misma publicada en 2005 por el semanario mexicano Proceso por el reportero Jenaro Villamil y el cual ha sido negado y reprobado por todas las partes involucradas”.
Para Televisa, tanto lo publicado por Proceso como las nuevas revelaciones de The Guardian, siete años después, formaban parte de un “ejercicio especulativo”, basado en “documentos que fueron falsificados”.
De acuerdo con el columnista José Yuste, el Grupo Televisa también interpuso ante el periódico británico dos cartas llamadas Protocol Letters, “que de haber llegado a un juicio le hubieran provocado a The Guardian una fuerte sanción económica por falta de veracidad”.
En su columna “Activo Empresarial”, publicada en Nuevo Excélsior, Yuste afirmó que “sería la primera vez que dentro de la prensa inglesa se prefiere llegar a un arreglo extrajudicial, fuera de tribunales. No es para menos. The Guardian carecía de pruebas que respaldaran sus acusaciones en contra de la televisora”.
La oficina de prensa de The Guardian no confirmó ni negó la existencia de esos documentos con los cuales Televisa habría presionado. A través de su cuenta en Twitter reiteró que las respuestas están en el comunicado conjunto.
Tozudez
A pesar del “arreglo amistoso” entre ambos grupos mediáticos, en las páginas online de The Guardian –el quinto sitio más visitado en el mundo–, permanecen las notas originales publicadas por Jo Tuckman, en especial los dos reportajes más polémicos: Archivos informáticos sugieren que Televisa vendió cobertura a altos políticos mexicanos, del 7 de junio último, y Escándalo en los medios de comunicación mexicanos: una unidad secreta de Televisa promocionó al candidato del PRI, publicado el pasado 26 de junio.
En el primer caso se observa un link que dice “Lee la respuesta de Televisa” y remite al comunicado original enviado por Regina Moctezuma a nombre de la empresa de Emilio Azcárraga Jean.
En la misma secuencia de reportajes se reproduce un extenso artículo de Martin Hodgson, del pasado 8 de junio, titulado Los archivos de Televisa, ¿cómo sabemos que eran genuinos?
En este mismo texto, The Guardian admitió que “no ha sido posible confirmar la autenticidad de esos documentos”, pero advirtió que “las fechas en las cuales los documentos fueron creados y modificados y los nombres bajo los cuales fueron guardados, corresponden a los eventos referidos en ellos”.
En defensa del trabajo de su corresponsal en México, The Guardian agregó que “habló con una segunda fuente que antes trabajó en Televisa” y confirmó lo publicado.
“La fuente –que no tiene simpatía especial por Andrés Manuel López Obrador– dijo que la venta de contenido político fue una práctica extendida, particularmente la promoción de clientes políticos en programas televisivos de entretenimiento. The Guardian también habló con un político que describió en una ocasión cómo Televisa le ofreció desarrollar un guión para una telenovela adaptado a sus necesidades”, abundó en su respuesta del 8 de junio.
“Es imposible decir cuándo y dónde fueron creados estos archivos digitales, pero por su cantidad y variedad y por los personajes mencionados sugieren autenticidad”, indicó.
Acerca de la reiterada acusación del Grupo Televisa de que los documentos citados por The Guardian son los mismos publicados en 2005 por Proceso, Martin Hodgson aclaró:
“Uno de esos documentos vistos por The Guardian parece ser una versión digital de una propuesta impresa para Peña Nieto que fue publicada en 2005 por el semanario informativo Proceso. La fuente de The Guardian no entregó a Proceso ese documento.”
En la misma versión digital de The Guardian están las notas sobre los cables de WikiLeaks donde analistas del Departamento de Estado citan a un funcionario del Estado de México que en 2009 les mencionó la relación “especial” de Peña Nieto con Televisa y la estrategia para promoverlo en las encuestas.
Proyecto Handcock
Uno de los reportajes más polémicos publicados por Jo Tuckman fue el del 26 de junio último que hace referencia a la existencia de una “unidad secreta” dentro de Televisa, llamada “el equipo Handcock”, encargada de realizar videos promocionales sobre Peña Nieto desde 2009 y en contra de sus rivales.
El reportaje cita a dos fuentes confidenciales según las cuales el equipo “trabajó en semiclandestinidad dentro de las oficinas de Televisa”, con acuerdos de confidencialidad, y se formó un grupo de empresas externas contratadas por Televisa para producir videos y otros materiales destinados a la web, bajo la coordinación de Alejandra Lagunes, entonces directora general de Televisa Interactive Media y responsable del manejo de redes sociales durante la campaña presidencial de Peña Nieto.
Este reportaje que confirma los vínculos de Televisa con el equipo peñista ni siquiera fue mencionado en el comunicado conjunto con The Guardian. El texto aparece completo en la edición digital del periódico británico.
El mismo 26 de junio, el portal www.aristeguinoticias.com difundió los videos elaborados por este equipo secreto para fortalecer a los candidatos a diputados federales del PRI en Toluca, Ecatepec, Cuautitlán, Naucalpan y Metepec.
Varios de esos videos son producciones de “guerra sucia” en contra de los adversarios del PAN en Toluca, Metepec y Cuautitlán, y su objetivo era difundirlos en redes sociales como Youtube o Facebook.
Según los contratos citados por Jo Tuckman, el equipo Handcock utilizó a subsidiarias de Televisa, como Comercio Más de C.V., que encargó a la empresa Zares del Universo, del comediante Facundo Gómez, la elaboración de estos videos.
“Televisa ha rehusado reunirse con The Guardian para discutir las acusaciones. Primero ignoró nuestra petición sobre sus comentarios al respecto y más tarde propuso una reunión de consejeros legales presentes. Cuando The Guardian envió una lista de ocho preguntas con un pequeño documento de ejemplo adjunto, un portavoz canceló la reunión diciendo que los documentos no se habían enviado ‘en el momento adecuado’”, redactó Tuckman en su reportaje.
LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL
12 de febrero de 2013
La derrota de Televisa
John M. Ackerman
MÉXICO, D.F. (Proceso).- The Guardian no se ha “disculpado” con Televisa y mucho menos se “retractó” de los importantes reportajes de Jo Tuckman sobre la complicidad entre la televisora de Chapultepec y Enrique Peña Nieto. Los artículos impugnados siguen disponibles íntegramente en internet, tanto en inglés (http://ow.ly/htIFJ) como en español (http://ow.ly/htIQ1), y el periódico no ha modificado una sola coma de su contenido. El rotativo también ha colocado en línea los archivos obtenidos por su reportera que documentan los supuestos acuerdos entre Peña Nieto y Televisa.
Desde que se publicó el primer artículo­ polémico el pasado 7 de junio, Televisa exigió una “disculpa pública” a The Guardian y pidió que se retractara de las acusaciones respecto a la venta subrepticia de cobertura mediática a Peña Nieto. También entabló una demanda legal en contra del periódico en tribunales ingleses. Pero la televisora no tuvo éxito en su estrategia jurídica ni en sus presiones mediáticas.
En el comunicado conjunto emitido el martes 5, el rotativo inglés se mantiene firme en su postura original de que los artículos impugnados “planteaban una cuestión de interés público sobre la relación entre Televisa y algunos candidatos a puestos de elección” y que fueron publicados “de buena fe con base en el material proporcionado por su fuente confidencial”. En otras palabras, The Guardian defiende a su reportera y ratifica en todos sus términos su decisión de difundir la información.
El comunicado deja claro que no hubo ninguna violación a los códigos de ética periodísticos. Al firmarlo, Televisa está aceptando la importancia de la información contenida en los artículos y avalando el trabajo absolutamente profesional de la periodista que los redactó.
Lo único que Televisa logró tras casi un año de pataleos, presiones y gastos en costosos bufetes de abogados fue un par de frases estériles en las cuales The Guardian, diplomáticamente y de manera totalmente abstracta, “reconoce que Televisa y sus periodistas buscan mantener los más altos estándares editoriales” y “acepta que las autoridades electorales resolvieron que la cobertura de Grupo Televisa cumplió con las estrictas normas electorales mexicanas y neutralidad política”. Es importante notar que el rotativo inglés no afirma que Televisa efectivamente cumple con “altos estándares editoriales”, sino sólo que “busca” hacerlo. Asimismo, The Guardian no avala el tratamiento que el IFE dio al caso Televisa, sino que solamente “acepta” que existió el carpetazo.
La lección entonces no es que los tentáculos todopoderosos de Televisa se extienden hasta Londres para aplastar cualquier cuestionamiento a su labor, sino que periodistas valientes y profesionales como Tuckman, y Jenaro Villamil, de Proceso, lograron penetrar exitosamente la armadura del Goliath mexicano al exhibir sus múltiples negocios turbios. Ningún comunicado insulso y mal redactado podrá borrar los océanos de verdades divulgadas en los polémicos reportajes.
Ahora bien, los mexicanos no necesitamos un artículo de The Guardian para darnos cuenta de que Televisa y el Instituto Federal Electoral no son neutrales o independientes. Su favoritismo hacia Peña Nieto se comprueba una y otra vez y es revelado sistemáticamente tanto en Proceso como en otros medios independientes. México cuenta con algunos de los mejores periodistas de investigación en el mundo que nos ayudan todos los días a entender los entretelones del poder.
Otra ventaja que tenemos en México es que aquí existe mucho mayor margen que en Inglaterra respecto de las críticas permitidas hacia funcionarios públicos y medios de comunicación. Aquel país es tristemente célebre por sus estrictas leyes en materia de difamación y calumnia, las cuales limitan de manera importante la libertad de expresión. Este contexto de control extremo es lo que realmente explica por qué The Guardian finalmente aceptó emitir un comunicado con Televisa.
Pero en México existe una libertad mucho más amplia en la materia. La desventaja es que ello puede utilizarse para amedrentar desde el poder a los medios independientes, como cuando Televisa en 2010 quiso ligar a Proceso con capos del narcotráfico o cuando la revista Letras Libres intentó en 2004 vincular el periódico La Jornada con el grupo terrorista ETA. Ni Televisa ni Letras Libres fueron obligadas a emitir comunicado o disculpa alguna por sus acusaciones cobardes y de evidente mala fe.
La buena noticia es que los nuevos criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la materia son sumamente liberales y buscan proteger al máximo a quienes critican y exhiben a los poderosos. El reto entonces es trabajar para generar cada día más espacios de información y análisis crítico para que se difunda mejor lo que realmente está pasando en el país. Sólo así podremos evitar la información manipulada que nos recetan todos los días los principales medios de comunicación electrónica, así como derrotar una vez más la parcialidad autoritaria de Televisa.