El antiguo jefe del servicio de inteligencia saudí, Bandar bin Sultán, continúa apoyando a los grupos terroristas en contradicción con las nuevas orientaciones recientemente aprobadas por el reino por boca de su ministro de Exteriores, Saúd al Faisal, en Nueva York.

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Éste insistió en su alocución en el compromiso de su país a luchar contra el terrorismo y e impedir toda colaboración con las entidades terroristas.

La cadena de televisión libanesa New TV difundió un reportaje acerca de un documento secreto que se refiere a la entrega de armas en el aeropuerto Etimesgut de Turquía a bordo de un avión de Tipo Antonov 124-100-150.

El avión pasó por el aeropuerto de Ramstein en Alemania, y atravesó el de Tiflis en Georgia. A continuación de su llegada a Etimesgut, el cargamento fue repartido en tres partes: la primera fue enviada al aeropuerto de la región Van, en Turquía, para ser entregada al Estado Islámico. La segunda llegó al aeropuerto de Diyarbakir, en el mismo país, y fue entregada al EI y al Frente Islámico. En lo que se refiere a la tercera, ésta llegó al Aeropuerto israelí de Eilat y fue transportada hacia el Sinaí.

Según el reportaje de New TV, Bandar ha manifestado que está dispuesto a hacer todo lo posible para entrenar a los grupos armados sirios y ha dedicado un gran presupuesto a tal fin.

El reportaje señala además que el presidente de la Corte Real, Jalid bin Abdul Aziz bin Abdel Mohsen Tuiyri, colabora con Bandar en estos fines.

También señala que 115 milicianos de nacionalidad tunecina, libia, egipcia y saudí han abandonado Jordania para dirigirse a Arabia Saudí para ser entrenados. Estos militantes llegaron a la localidad saudí de Tabuk, la mayor del norte del país. El desplazamiento comenzó el pasado 17 de septiembre.

Este artículo fue publicado originalmente en Al Manar y se podía acceder aquí.