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jueves, 29 de octubre de 2015

Debates sobre la Sharia en Webislam

Debates sobre la Sharia en Webislam

Conferencia pronunciada en el Curso Sharia en la Red, en Santander
Bismil-lâhi ar-Rahimani ar-Rahim
Quiero felicitar y agradecer al Departamento de Estudios Árabes del CSIC y a la UIMP por la organización de este seminario. Felicitarlos por la oportunidad del tema, pero también por la valentía que supone el abordarlo. Cuando uno conoce de cerca los intensos debates que sobre el islam mantienen los musulmanes, no deja de sorprenderse de lo lejos que muchos de ellos se sitúan tanto de los estereotipos dominantes como de la concepción tradicionalista del islam. Aunque es muy probable que muchos de estos debates no sean para nada nuevos, lo cierto es que han encontrado en Internet un cauce ideal para manifestarse, sin otra censura que las normas establecidas por el medio.
En este escrito, trataré de dar cuenta del significado de los debates sobre la Shariaque desde hace más de diez años vienen siendo recurrentes. Para ello, empezaré explicando muy brevemente que es Webislam. A continuación expondré también sucintamente la amplitud y alcance de estos debates. En el grueso de la clase, me referiré en concreto a algunos de ellos: sobre la homosexualidad, sobre el sentido de la Sharia. A partir de ahí, trataré de establecer una mínima tipología y sacar algunos patrones recurrentes, mostrando como todo nos lleva a la tensión entre la libertad interpretativa y la autoridad de la tradición, que ilustraremos a través del debate intra-islámico sobre el hiyab. Y terminaremos exponiendo una serie de conclusiones generales.
WebIslam es, desde sus inicios, la web en castellano de temas islámicos más visitada en el mundo, con una gran influencia en las comunidades hispano-americanas. Salió a la red el 27 de octubre del año 1997. A lo largo de los años, se ha ido convirtiendo en un medio de comunicación de masas. Ha llegado a ser el portal de referencia sobre el islam en lengua castellana. El crecimiento progresivo y geométrico del número de sus lectores así nos lo confirma, con más de un millón de visitas mensuales, desde los cinco continentes. WebIslam abordaba una serie de problemas que empezaban a mostrar una clara visibilidad en la sociedad española y, en general, en las sociedades occidentales: los derechos de la mujer en el Islam, los derechos de los emigrantes, islam y democracia, la diferenciación entre aspectos espirituales y aspectos culturales en la práctica religiosa, la libertad de conciencia y el diálogo interreligioso.
Desde hace años venimos hablando de dos conceptos paralelos: el de una comunidad virtual y el de una comunidad interpretativa. Los debates a los que vamos a hacer referencia son una expresión muy gráfica de lo que esto significa. Es importante señalar que ha sido la propia dinámica comunicativa y participativa deWebIslam la que ha permitido que afloraran los contenidos más sensibles, propiciando debates que, en muchos contextos musulmanes, se consideran como tabúes inabordables.
Si hacemos una búsqueda en todas las secciones de Webislam, los temas referidos a la Sharia son numerosos.
  • Debates sobre los hudud: lapidación, calumnia, apostasía, corte de manos al ladrón, castigo homosexualidad.
  • Temas mujer: hiyab, divorcio, códigos familia, aborto, malos tratos, imamato femenino, acceso mezquita…
  • Estatuto de los no-musulmanes, pluralismo religioso, yihad, esclavitud, usura, eutanasia, alimentación halal.
  • Debates sobre el propio sentido de la Sharia, sobre los hadices, los madhabs, sobre el iÿtihad, sus límites y condiciones, y temas relacionados: ¿quién puede ser un muÿtahid?, ¿qué es una fatua?, ¿es obligatorio seguir una escuela jurídica?
  • Mil y una preguntas: ¿una aspirina rompe el ayuno?, ¿son válidas las du’a en castellano?, ¿es halal para un hombre depilarse las piernas?, ¿puede un musulmán asistir a un bautizo?, ¿se puede pegar a los menores?, ¿está permitida la monarquía en el islam?
En conjunto, puede hablarse de un replanteamiento completo del islam, realizado de forma caótica y sin guía. En el caso concreto de los foros, dan pie a intensos intercambios, que generan amistades y enemistades de por vida… Sin embargo, una vez superada la reacción de urgencia y los aspectos más chirriantes, se consolida la libertad de conciencia y se hace más acuciante la necesidad de profundizar en temas de jurisprudencia, para dar respuesta cabal a algunas cuestiones o dudas suscitadas. Lo cierto es que todos estos debates han sido sumamente enriquecedores, permitiéndonos madurar como “comunidad interpretativa”.
Sería prolijo el relatar todos los debates ocurridos y los argumentos presentados. Algunos de ellos han tenido y siguen teniendo consecuencias en el islam español. Sin duda este es el caso de la polémica en torno a los malos tratos, a raíz del libro de Mustapha Kamal, uno de los imames de Fuengirola, La mujer en el islam. Otro debate caliente fue el del imamato femenino, es decir, el derecho de la mujer a dirigir las oraciones ante hombres y mujeres como su derecho a dirigir la oración del viernes. También la lapidación ha sido objeto de estudios, discusiones, posicionamientos. Publicamos varios artículos sobre el tema, incluido un Estudio jurídico contra la lapidación, firmado por Abdelmumin Aya. Incluso enviamos una carta abierta a la Embajada Saudí en Madrid, con remite al Rey, en el cual argumentábamos contra la lapidación y pedíamos que fuese abolida en el país.
En todos estos casos, desde Webislam se han adoptado posturas que son calificadas como “progresistas”. Aunque el término no nos convence, lo menos que puedo decir es que nos lo merecemos. Por desgracia, no puedo desarrollar todos estos temas. Entre todos los posibles, he escogido centrarme en el de la homosexualidad. A partir de este hablaré de las diferentes concepciones sobre la Sharia que están sobre la mesa, y a la tensión existente entre la libertad interpretativa y la autoridad de la tradición.
El debate en torno a la homosexualidad
He escogido este debate tanto por su intensidad, por el hecho de mostrar como los musulmanes españoles abordan temas hasta hace poco considerados como intocables, y por el hecho de que he tenido una implicación personal. El debate se generó a raíz de un artículo que escribí, titulado Opiniones jurídicas de Yusuf Qaradawi (3/08/2004), en el cual criticaba la posición de este conocido predicador sobre la homosexualidad, y en el que afirmaba lo siguiente:
Las disputas sobre el castigo por este presunto delito [de sodomía] son comprensibles, dado que no forma parte del Corán ni se aplicó ninguna clase de castigo hacia los homosexuales en tiempos de Muhámmad (saws), aunque su existencia está documentada. Desde el momento en que Al-lâh no ha prescrito ningún castigo, podemos decir que este es obra de los hombres. (…) Para mí, no cabe la menor duda que cada uno tiene derecho a vivir su propia sexualidad. Lo que es antinatural (y por tanto anti-islámico) es que un ser humano que se sienta atraído por alguien de su mismo sexo reprima su sexualidad y finja un deseo que no siente. Esto genera sufrimientos, infelicidad e hipocresía, falsas parejas entre homosexuales y mujeres, o entre hombres y lesbianas, siempre insatisfechas.
Este comentario provocó la réplica inmediata e indignada de Ibrahim Pérez, titulado “Islam y homosexualidad. Una nota a las mentiras de Abdennur Prado”, en el que se citaban los versículos coránicos sobre el profeta Lot, como prueba irrefutable de la condena islámica de la homosexualidad, se calificaba mi comentario como falacias y se me acusaba de perseguir con ello el “adecuarse a los deseos del mundo moderno, progresista y sin dirección espiritual, para dar una imagen de musulmán complaciente, y de esa manera gozar de privilegios y simpatías…” (argumentos ad hominem). Y se dejaba bien claro que el objetivo de la réplica era el de clarificar la postura del islam sobre la homosexualidad:
“Como musulmanes no podemos aceptar la homosexualidad como parte de nuestro modo de vida. No debemos permitir que nuestros hijos crezcan pensando que la homosexualidad es algo natural o normal. Debemos enseñarles a tolerar, a convivir, pero también a discernir lo que es correcto de lo que no lo es.”
La polémica volvió a surgir al año siguiente, a raíz de las declaraciones de Mansur Escudero, en aquel momento Secretario de la Comisión Islámica de España, quien manifestó a Europa Press su apoyo al proyecto de ley sobre los matrimonios homosexuales.
Más adelante publiqué en la revista Dialogal (Primavera 2005) un texto, con mis impresiones sobre a un reportaje publicado en la misma revista sobre religión y homosexualidad, en el cual un musulmán inglés llamado Abid mostraba de forma descarnada sus sufrimientos y el rechazo sentido por parte de muchos musulmanes. Al final del texto, me referí a la posibilidad teórica de realizar matrimonios homosexuales entre musulmanes.
Esto provocó una serie de reacciones en cadena: una carta de réplica firmada por Abdullah Fiol y Omar Ribas. En la página web IslamOnline, en fecha 06/04/2005, fue publicado un artículo firmado por Al-Amín Andalusi. Y un artículo de Omar Ribas titulado “Campaña contra la moral y los valores religiosos” (publicado en la página “Nuevos Musulmanes”, 11 Abr 2005). La reacción no se limitó a escritos. La Comunidad Islámica Insha Allah amenazó con darse de baja de la FEERI si sus dirigentes no me obligaban a rectificar (cosa que finalmente hizo).
A raíz de estas y otras demandas, escribí una Aclaración sobre los matrimonios homosexuales (23/04/2005), en la que reconocía que la insinuación de celebrar matrimonios homosexuales según la Sharia constituía una provocación, y explicaba mi postura, que detallaré a continuación.
Un poco más tarde, un tal Javier Salado daba cuenta de lo sucedido en un artículo titulado Los musulmanes españoles debaten sobre el matrimonio homosexual(02/05/2005), publicado en Rebelión y reproducido en Webislam, en el cual presentaba las posturas enfrentadas. También se ha discutido ampliamente en los foros de Webislam, tanto un primer debate en el 2006 como un debate iniciado el año pasado y todavía activo, de modo que pueden delimitarse fácilmente los argumentos de uno y otro bando.
Básicamente, mi línea de argumentación es la siguiente:
• Se abusa al considerar los versículos sobre el profeta Lot como una condena de la homosexualidad. Aunque hay versículos que aislados del resto pueden dar pie a esta interpretación, cuando realizamos una mirada de conjunto nos damos cuenta de que esta no se sostiene, y de que el episodio de la gente de Lot trata de otros temas: la promiscuidad sin freno y la violación de las leyes de la hospitalidad…
Por ejemplo, los versículos 26: 165-166, en los cuales el profeta Lot echa en cara a sus trasgresiones a la gente de Sodoma, son traducidos por Muhámmad Asad del siguiente modo: “¿Acaso vosotros, de entre todas las criaturas, vais [con deseo] tras los varones, y os apartáis de las esposas [legítimas] que vuestro Sustentador ha creado para vosotros? ¡Si, sois una gente que transgrede todos los límites de lo correcto!”
Pero si vamos al original, una traducción más literal sería: “¿Vais hacia todos los machos de los mundos y abandonáis a las parejas que vuestro Sustentador creó para vosotros? ¡Si, sois una gente que excede los límites!”
La diferencia es importante. Si leemos atentamente y abandonando por un momento los prejuicios, es difícil encontrar aquí una referencia a la homosexualidad. Lot acusa a la gente de su pueblo de ir “hacia los machos de todos los mundos”, lo cual nada tiene que ver con el amor entre dos hombres, y sí con el exceso y la promiscuidad sin límites. Y dice: “en vez de a vuestras parejas”, y no “esposas”, como habitualmente se traduce. En todo caso, se trataría de adulterio y abandono de la pareja, sea esta hombre o mujer. Pues nada hay en estos versículos que permita afirmar que Lot se dirige solo a los hombres, y no incluye a las mujeres. Un homosexual monógamo, que vive con su pareja, puede protestar, y con razón, diciendo que él no Vais hacia todos los machos de los mundos y abandona a su pareja… y que este versículo no se refiere a la homosexualidad, entendida como amor entre dos hombres.
• Los ángeles se refieren a los habitantes del pueblo de Lot del siguiente modo:“¡En su delirio sólo vagan ciegos de un lado para otro!” (Corán 15: 72). Y uno no puede dejar de preguntarse: ¿y qué tiene que ver el ir ciegamente de un lado para otro con el amor que puedan profesarse dos personas del mismo sexo? No parece existir ninguna conexión entre esta declaración de los ángeles y la homosexualidad, pero si con la promiscuidad sin freno.
• Una vez establecido el prejuicio de que estos versículos se refieren a la homosexualidad, se extiende este análisis al episodio en el cual los habitantes del pueblo de Lot le piden a este que les entregue a sus huéspedes, los ángeles. Se pretende que esta petición tiene connotaciones sexuales. Pero, de ser esto cierto, tampoco se referiría a la homosexualidad, sino a un intento de violación, pues los ángeles no parecen estar por la tarea.
• Más importante: esta interpretación pasa por alto lo que el Corán especifica que el motivo de la animadversión de los sodomitas hacia los huéspedes de Lot es el hecho de que son extranjeros y les ha dado asilo, y no el hecho de que sean hombres y quieran gozar de ellos. Cuando los ángeles llegan a su casa, su exclamación revela su temor: Y cuando los emisarios llegaron a la casa de Lot, éste dijo: «¡Ciertamente, sois gente extranjera [aquí]!» (Corán 15: 61-62)
Y un poco más adelante: Y la gente de la ciudad acudió, regocijada por la noticia. [Lot] exclamó: «¡En verdad, estos son huéspedes míos: no me avergoncéis, sino sed conscientes de Al-lâh y no me deshonréis!» Respondieron: «¿No te hemos prohibido [ofrecer protección a] todo tipo de gente?» (Corán 15: 67-71). En el Corán, la prohibición de dar asilo está claramente expresada como el motivo del acudir de los sodomitas en busca de los extranjeros. No se habla de gozar de ellos, ni se hace mención alguna en estas aleyas a la homosexualidad.
Siendo este el motivo de la irrupción de los habitantes de Sodoma en la casa de Lot, es lógico que también sea el motivo de su destrucción: Pues les había advertido seriamente de Nuestro rigor; pero pusieron en duda tercamente esas advertencias y le exigieron que entregara a sus huéspedes: por lo que les privamos de la vista [como diciéndoles]: «¡Saboread el castigo que inflijo cuando son desoídas Mis advertencias!» (Corán 54: 36-37)
En ningún momento el Corán menciona la homosexualidad como el motivo de la destrucción de la ciudad de Lot. Por el contrario, especifica que la destrucción fue motivada por su rechazo a las leyes de la hospitalidad, o si se quiere: el derecho de asilo debido a los extranjeros, ampliamente recogido en la jurisprudencia islámica. Aun en el caso de que tratasen de sodomizar a los huéspedes, en ningún caso se trataría de relaciones afectivas entre personas del mismo sexo, sino de una violación.
• Otro argumento: es absurdo pretender que todos los qawm Luti fuesen hombres. Entonces: ¿por qué Dios castigó también a las mujeres?
• Esta lectura se apoya también en el hadiz. Primero, se apoya en el análisis de las cadenas de transmisión de algunos hadices misóginos, hecho por ibn Hazm, quien demostró en el siglo X que todos ellos son débiles y deben ser descartados. Pero no solo eso: existen otros hadices que muestran que en la ciudad de Medina había homosexuales, y que incluso visitaban la casa de alguna de las esposas del Profeta.
• Existe toda una tradición que habla de un “tercer sexo” en el islam, e incluso existen tratados medievales en los cuales se discuten temas jurídicos relacionados con los hermafroditas, del tipo: ¿en qué parte de la mezquita deben rezar, entre los hombres o entre las mujeres? ¿Puede un mukhanath hacer de testigo, su testimonio vale como el de un hombre o solo la mitad, como sucede con las mujeres? En fin, todo este tipo de casuística que tanto les gusta a los juristas. Este tema se confunde y se acaba fundiendo con el de los eunucos o castrados. Pero es interesante saber que durante siglos los mukhanath fueron encargados de guardar la tumba del Profeta Muhámmad en Medina, y que su tradición sigue viva en India, Pakistán y Bangladesh.
• No por casualidad, la interpretación que hago del Corán coincide con las fuentes judías antiguas, según las cuales la trasgresión de la gente de Lot fue la vulneración de las leyes del asilo o la hospitalidad. [Del Pirqe Rabbi Eliezer, c. 90-130 d.C. y del Genesis Rabba, recopilado en el siglo V:] “Sodoma estaba asegurada contra los ataques, pero para desalentar a sus visitantes aprobaron una ley de acuerdo con la cual el que ofreciera a un forastero un alimento sería quemado vivo. En cambio, se debía robar al forastero todo lo que poseía y expulsarlo de la ciudad completamente desnudo”. Y también coincide con algunas interpretaciones cristianas de la Biblia, como la avanzada por John Boswell en su Cristianismo, tolerancia sexual y homosexualidad, donde también cita fuentes del cristianismo temprano en el cual se menciona la falta de hospitalidad como el pecado de los sodomitas. Por cierto, Boswell dedicó largas páginas a defender la tolerancia hacia los homosexuales en al-Andalus.
• Al hilo de lo anterior, existe una larga tradición de aceptación de la homosexualidad en el mundo islámico, atestiguada tanto por los historiadores como por la literatura homo-erótica del periodo clásico. En defensa de esta tesis existe una documentación abrumadora, que incluye la existencia de matrimonios homosexuales…
• A esto hay que añadir las consideraciones éticas y humanitarias. Toda la dialéctica social expuesta en el Corán se basa en las categorías antagónicas de los opresores y los oprimidos, de los poderosos y los perseguidos, de los arrogantes y los humillados. En esta dialéctica, el Corán afirma que Dios está siempre con los oprimidos, perseguidos y humillados. Teniendo en cuenta la persecución que sufren los homosexuales en muchos contextos pretendidamente musulmanes, considero que es una obligación religiosa el defenderlos.
• Por último: si Dios hubiera querido condenar la homosexualidad, ¿no sería lógico pensar que lo habría hecho de forma más explícita, como ha hecho con la fornicación o el adulterio, por ejemplo?
Los contra-argumentos:
• Esta interpretación es una innovación, que va en contra de quince siglos de consenso indiscutido. Todos los ulemas, todos los intérpretes coránicos, todos los juristas de todas las escuelas han estado de acuerdo en que la homosexualidad es un pecado de los graves… Y ahí se reproduce una retahíla de citas de comentaristas coránicos venerables, de ulemas venerables, de venerables alfaquíes… La evidencia en este punto es simplemente abrumadora.
• Esta condena tradicional incluye todas las escuelas de jurisprudencia, sin excepción. Los alfaquíes musulmanes han dedicado muchos esfuerzos a establecer cual debe ser el castigo en caso de que se demuestren las relaciones sexuales entre hombres y mujeres. Estas condenas van desde la pena de muerte hasta los diez azotes.
• En el terreno hermenéutico: puede que el versículo 26:165-166 se refiera a la promiscuidad sin freno, pero otros versículos son muy explícitos en su condena de la homosexualidad, como Corán 7: 80-82: Y [recordad] a Lot, cuando dijo a su pueblo: “¿Os entregáis a una abominación que nadie en el mundo ha cometido antes? Vais a los hombres en vez de a las mujeres: ¡sois, realmente, una gente desaforada!” Pero la única respuesta de su gente fue decir: “¡Expulsadles de vuestra tierra! ¡Son, en verdad, una gente que se hacen pasar por puros!”
• Además, si el motivo es dar asilo, ¿cómo se explica que Lot ofrezca a sus hijas?
• En otro orden de cosas, se argumenta que el sexo anal esta prohibido.
• Y las recurrentes acusaciones ad hominem, el recurso predilecto de los ignorantes: Tan sólo quieres agradar a occidente, quieres adaptar el islam a la modernidad, sólo quieres contentar a los políticos de turno…
El debate hermenéutico es alimentado por los flancos y se ramifica por múltiples caminos. Se dan discusiones sobre la homosexualidad en el reino animal, con el fin de establecer si es una práctica “natural” o no. O teorías variopintas sobre el origen de la homosexualidad… Debo decir que prácticamente nadie (por lo menos enWebislam) ha defendido que la homosexualidad deba ser castigada penalmente. Aunque hay algunos que nos recuerdan que según algunas escuelas jurídicas los homosexuales deben ser ajusticiados, luego matizan. Se afirma que es un pecado, pero la mayoría defienden la tolerancia. Claro que uno puede decir que la propia consideración de que es un pecado conduce inevitablemente a la discriminación, por mucho que se pretenda lo contrario. Aún así, solo el hecho de que estos debates se den en una web islámica es un hecho altamente significativo.

Debate sobre la Sharia

Voy a resumir ahora un debate sobre la propia significación de la Sharia, tomado de los foros de Webislam. Aunque en líneas generales el debate en profundidad sobre la Sharia es difícil de encontrar o va apareciendo a cuentagotas, sí existen algunos debates específicos, en los cuales se pueden perfilar las actitudes más generalizadas. Exponemos los diversos argumentos confrontados:
Propuesta: El discurso inicial sostiene que la Sharia constituye una legislación enteramente de origen divino, que ha sido dictada por Dios, mediante la cual pueden regularse todos los asuntos de la sociedad. El origen divino de la Sharia es opuesto a las leyes creadas por el ser humano. Estas son subjetivas y son realizadas al gusto de las clases dominantes, de modo que bajo la capa de los derechos humanos y de la democracia lo que hacen es apuntalar una injusticia estructural. En contraste, el origen divino de la Sharia sería la garantía de su equidad/justicia. Las leyes humana son, por definición, injustas e imperfectas. Los musulmanes tienen prohibido el regirse por una ley creada por el ser humano: los musulmanes son, literalmente hablando, aquellos que se rigen por lo que Dios ha revelado. Dios es el Legislador. Solo la Justicia divina puede liberarnos de las cadenas de este mundo.
Respuesta: “¡Dios no legisla!” Dios da una serie de directrices, normas y valores superiores por los que debería regirse una sociedad. Pero, estrictamente hablando, no legisla. De hecho, en el Corán pueden encontrarse muy pocas aleyas que puedan pasar como jurídicas, y de hecho estas se explican perfectamente como una necesidad de responder a situaciones determinadas de la Arabia del siglo VII, más que como expresión de la voluntad divina de establecer unas leyes inmutables en unos pocos puntos. El Corán es cualquier cosa menos un código de leyes: no existe lo que podríamos calificar como un “sistema jurídico”, ni una casuística, ni una metodología. De hecho, no existen apenas indicaciones sobre el sistema de gobierno mediante el cual deberían regirse los musulmanes. En la mayoría de los temas el Corán no dice nada explícito. Hay que reconocer las evidencias: eso que comúnmente llamamos Sharia es una construcción humana, sino al 100% sí al 90%. La pretensión de que Dios nos ha dado una legislación es falsa.
Contraataque: ¡Indignación! “Hermana, estás poniendo en duda las bases del Islam… ¿Cómo es posible que le niegues a Allah subhana ta’ala Su atributo como Legislador y Rey absoluto del Universo?” El Corán dice: Aquel que no juzgue según lo que Allah ha hecho descender, esos son los incrédulos (5:44). Y también dice: Aquel que no juzgue según lo que Allah ha hecho descender, esos son los injustos (5:45). Y también dice: Hoy he completado vuestra religión… Un verdadero creyente no debe, cuando Allah y Su Mensajero hayan dictaminado un asunto, actuar en forma contraria. Las leyes del islam no únicamente se derivan del Corán, sino también de la Sunna y del trabajo de los grandes juristas, quienes las han derivado de las fuentes. Es obligación básica de los musulmanes implementar estas leyes a través de un Califato, y es una obligación el obedecer a las autoridades religiosas.
Réplica: Quienes usurpan el nombre de Al-lâh son aquellos que crean leyes y dicen que son leyes de Al-lâh. Dios nos ha revelado lo que ha tenido a bien revelar. Si hubiera querido revelar un código jurídico lo habría hecho, pero no es el caso. Tenemos la guía coránica, con unos valores muy claros, y también tenemos el intelecto, ya que Dios nos dice que esa guía coránica es para gentes que razonan. Ambas herramientas son suficientes para construir sociedades sanas y leyes que tengan en cuenta esos valores coránicos de justicia, benevolencia, misericordia y sabiduría. En ningún caso serán leyes divinas, por muy basadas en preceptos divinos que estén. Lo que no es sano, sino una forma de idolatría, es pretender gobernar y legislar en el nombre de Dios. En cuanto al califato, el Corán nos enseña que todo ser humano es un califa en la tierra.
Réplica: Los que defienden la libertad de interpretar por si mismos, eluden su responsabilidad ante Dios, se niegan a obedecer Sus mandamientos y quieren cambiar el islam, haciéndose un Din a la medida de sus caprichos. Toda intervención humana es negativa, una puerta abierta a los caprichos de la subjetividad y a los susurros de Satán, a la tentación de manipular la revelación para adaptarla a nuestra conveniencia. Esto es evidente en aquellos que pretenden interpretar el Corán sin ni siquiera saber árabe ni tener estudios de fiqh, ni pasar por ninguno de los requisitos que la tradición establece para validar un iÿtihad… ¿Acaso los Sahaba y los grandes Ulemas no son los mejores ejemplos a seguir? ¿No es arrogante pretender interpretar el Corán por nosotros mismos? Para evitar estos peligros, hay que renunciar a toda interpretación personal y obedecer a los sabios, pues ellos están libres de las debilidades de la masa de creyentes.
Réplica: Pero los sabios y los Sahaba también eran humanos, y estaban limitados por los condicionantes de su tiempo. Hicieron lo mejor posible en sus circunstancias, y Dios los juzgará. Dios nos ha hecho responsables personalmente de nuestros actos, y eludir esta responsabilidad refugiándose en la obediencia ciega a los sabios no es sino una forma de Shirk. Nuestra obligación como musulmanes es tomar lo mejor de ese legado y tratar de hacer lo mismo que ellos hicieron. De hecho, esos mismos sabios nos piden que no los imitemos ciegamente. La intervención humana a la hora de tratar de implementar unos valores superiores es inevitable, nos guste o no nos guste: recibir, comprender y aplicar el mensaje del Corán en nuestro contexto, según Dios nos lo de a entender.
En definitiva, nos encontramos con dos concepciones opuestas de la Sharia. Por un lado se equipara la Sharia con el Fiqh, otorgándole a este un carácter divino, y por otro se apela al sentido etimológico de la palabra Sharia, como “camino hacia un manantial”, es decir: una vía amplia hacia la Fuente de la existencia. Lo cual tiene que ver con valores trascendentes y poco que ver con el Derecho. En este caso, el Fiqh es reconocido como obra humana, y por tanto susceptible de reforma.

Hiyab: entre la autoridad de la tradición y la libertad interpretativa

Si tomamos los debates uno por uno y los comparamos, nos damos cuenta de que existe un patrón que —con sus matices— se va repitiendo, conduciéndonos a una especie de callejón sin salida, en el cual solo queda reconocer como un hecho que la diversidad de posturas permanece, y que es un hecho que los musulmanes no tienen una única manera de entender su religión… En este sentido, los debates que hemos presenciado serían la enésima expresión de la paradoja irresuelta en el islam, una religión sin magisterio dogmático, que al mismo tiempo se presenta como una guía y un modo de vida individual y colectivo. Al final, llegamos al tema irresuelto de la autoridad religiosa.
Voy a citar un extenso ejemplo de cómo se plantea esta dicotomía, proveniente de los foros. El intercambio se produce a raíz de la cuestión de si el hiyab es obligatorio o no. Mi intención es dar voz a los foristas, musulmanes y musulmanas anónimos.
En uno de los foros, khalid83 lanza la pregunta: ¿Cuál es correcto, el hijab o el nikab?
Veremos lo que dicen los sabios, entre ellos están los Cuatro famosos sabios que conocemos, vivieron hace 1200 años, estos dedicaron toda sus vidas a estudiar la Sharia. El sabio Ahmed ibn Hanbal es el único que defiende que es necesario el Nikab. Los tres demás sabios (Malik, Al Shafiei, Abu Hanifa) defienden la teoría de que es obligatorio el Hijab, basándose en el Corán, más la explicación del Profeta, que en muchas ocasiones sus dichos explican, o complementan el significado de las leyes coránicas, en este caso a parte de los versículos que hablan del Velo. El profeta le dijo a su hija Fátima que a la mujer solo se le puede ver la cara y las manos hasta la muñeca. Si la mujer quiere tener mayor recompensa puede optar por el Nikab, pero lo Obligatorio es el Velo.
A lo que María contesta:
Decir que Dios manda a cubrirse el pelo es una mentira. Dicha supuesta obligación no aparece en el Corán, donde solo se habla de cubrirse el pecho con un manto y de vestir con modestia, lo que por cierto se aplica tanto a hombres y mujeres.
Aquí se cita el artículo “El velo, ¿principio fundamental del islam?” de Ndeye Andujar, en el cual esta musulmana catalana, que ha sido tanto directora de los foros como de Webislam, nos explica:
En el Corán la palabra hiyab aparece ocho veces. Ninguna de ellas hace referencia al velo para cubrir el pelo, sino que tiene un claro sentido de “cortina” (7: 46, 17: 45, 19: 17, 33: 53, 38: 33, 41: 5, 42: 51, 83: 15). La Surat An Nur se ocupa en gran parte de las relaciones entre los sexos y de ciertas normas éticas: “Di a los creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad: esto conviene más a la pureza [y,] ciertamente, Dios está bien informado de lo que hacen” (24: 30). Como vemos, aquí Al-lâh se dirige a los creyentes en general, hombres y mujeres. Guardar la castidad puede ser entendido desde una perspectiva tanto física como emocional. En cuanto a la vestimenta y a la conducta de las mujeres, podemos leer la aleya siguiente: “Y di a las creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad, y no muestren de sus atractivos [en público] sino lo que de ellos sea aparente [con decencia]; así pues, que se cubran el escote con el jimar. Y que no muestren [nada más de] sus atractivos a nadie salvo a sus maridos, sus padres, sus suegros, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres de su casa, aquellas que sus diestras poseen, aquellos sirvientes varones que carecen de deseo sexual, o a los niños que no saben de la desnudez de las mujeres; y qué no hagan oscilar sus piernas [al caminar] a fin de atraer la atención sobre sus atractivos.” (24: 31). Aquí, la palabra de referencia no es hiyab, sino jimar, que era el tocado usual de las mujeres árabes antes y después de la llegada del Islam y que dejaba al descubierto los senos porque era muy holgado… Las creyentes no deben enseñar el escote (sus senos) por pudor y decoro, evidentemente, pero sobre todo para evitar el estado de frenesí y violencia sexual que existía en las sociedades preislámicas, es decir, como protección. Por lo tanto, no debemos ignorar el contexto en el que se estableció esta conveniencia. Lo que nos debe quedar claro es que no se menciona en ningún momento la necesidad de cubrirse el pelo. Por otro lado, la decencia puede ser interpretada en su sentido espiritual y no sólo en relación con la apariencia. Puesto que, si como algunos piensan, la mujer debe ir completamente cubierta, ¿qué sentido tiene que se insista en la modestia y el pudor? ¿Y qué hay entonces de la modestia y el pudor de los hombres evocada anteriormente?
Volviendo al hilo del foro, y como protesta a lo anterior, Attari escribe:
La disposición de hijab es clara. Según sunni Islam es obligatorio, fard, wajib.
Según salafiyyah es wajib. Según los ayatolas chiitas es wajib.
En los países salafiyyah y chiitas es wajib por la ley (Irán y Saudí).
En los países sunni (Pakistán, Bangla Desh, Turquía, Egipto, etc.) el estado no obliga al hijab (y eso es mejor), pero la disposición de fiqh es clara, el hijab eswajib.
Si hay alguna fatwa de al azhar, dar ul uloom, madinah, o fez, o qairawan, o malaysia, o Kabul, que diga que es opcional me gustaría verla.
Mientras la fatwa no sale diremos que es wajib y por ijma entre sectas y todo.
salam aleikum
Es decir, de nuevo el argumento de la autoridad de las escuelas, del consenso de los ulemas, de las instituciones religiosas oficiales y, en definitiva, el apelar a la tradición… Pero a esto, un tal Legend contesta:
¿Que tal si nos dices lo que esté CLARO, lo que dice el CORÁN? Yo solo me creo lo que pone en el sagrado Corán, no lo que se inventan 4 tíos que se piensan intelectuales del Islam cuando no tienen ni naricela idea, se pasan la vida tratando a las mujeres como un trozo de carne, lo cual es un gran pecado a mi parecer (nuestro gran Profeta trataba a las mujeres con respeto y cariño, no como ahora, que se inventan sus propias leyes solo para mantenerlas bajo control). No te limites a poner invenciones, ya que lo único que hay claro es lo que está en el Corán, nada mas. Y que nadie se crea descendiente de nuestro Profeta, o una especie de sub-enviados como se piensan muchos aunque no lo digan.
No podemos situarnos ante planteamientos más opuestos. Aquí el Corán y el Profeta son las únicas autoridades válidas, y todo el resto es visto como sospechoso, cuando no con desagrado y muy poco respeto. A esto le contesta la forista asiah43:
Salam aleikum hermano Legend
Leía tus post y quería preguntarte ¿a quienes te refieres cuando hablas de 4 tíos que se piensan intelectuales del Corán cuando no tienen ni naricela idea? ¿Te refieres a algún forista en particular o a los 4 imanes fundadores de los 4 madhabs??? Si te refieres a estos últimos déjame decirte que no podrías ser mas irrespetuoso. ¿De qué invenciones hablas? ¿los madhabs son invenciones? Si tu quieres hacerte un Islam para ti, solo con el Corán en la mano y convertirte en intérprete puedes hacerlo porque nadie puede decirte nada, así seguirás metido en lo tuyo, encerrado en tus ideas y nunca podrás aprender nada mas de lo que ya sabes…
Pero no tienes por que enojarte con Attari porque el no dice nada ofensivo, los 4 madhabs, el shiismo y los salafis consideran al hiyab como obligatorio…
En cuanto a lo que dice el Corán, todos podemos leer el Corán, algunos en árabe y otros por traducciones, pero aun los que pueden leerlo en árabe tampoco tienen capacidad para interpretarlo por cuestiones relacionadas con el idioma y la evolución de los significados de las palabras, por desconocer que las palabras son polisémicas y existe la llamada textura abierta del lenguaje. Y por supuesto las lenguas evolucionan permanentemente y las palabras van variando el significado con el paso del tiempo. Por otro lado cuando hablamos de la vestimenta femenina en la época del Profeta saws nos referimos a usos y costumbres así como a objetos que ya no son corrientes así que para hacer una interpretación como corresponde tenemos que entender el entorno profundamente así como definir cuando hablamos de “manto” que era exactamente ese “manto” y de que manera se usaba.
Veo que no mencionas la sunna del Profeta como fuente de derecho, los hadices también son imprescindibles, pero los musulmanes comunes no podemos conocerlos todos y saber a cual dar prioridad en un caso determinado, así como pasa con el Corán todo tiene que tener una armonía y no se pueden hacer interpretaciones aisladas a sabor de cada una de las personas. Tienes necesariamente que adscribirte a una corriente, si no son los 4 madhabs puede ser el salafismo, ahí podrás guiarte por las fatuas de los imanes de Arabia Saudita, porque hermano, interpretar la shariah en base a hadices y al Corán aunque lo leas en el árabe original y no en traducciones que por supuesto siempre llevan la intencionalidad del que las tradujo, no es para nada sencillo, no es “soplar y hacer botella”.
Los musulmanes hermano, tenemos que ser humildes y respetar a los sabios del Islam especialmente a aquellos que ya están fuera de discusión como es el caso de Abu Hanifa y de los demás que fundaron madhabs. No se puede vivir en el caos hay que ordenar el caos y con la opinión de hombres santos del pasado que fueron de las primeras generaciones, podemos si, tener una idea de lo que debemos hacer y lo que no y como manejarnos en el Din.
A lo que la forista Badr responde:
¿Obligatorio según quien? No según el honrado Alcorán. Y no es cuestión sólo de poder o no poder. Al mismo tiempo que respeto totalmente la convicción de las hermanas que lo quieran llevar porque lo creen obligado, otras no lo llevamos porque estamos seguras de que no es ni obligación ni hay tampoco preferencia por llevarlo conforme al honrado Alcorán. Es cuestión de pudor y de modestia y no de modelos de vestimenta. Si alguno se siente suficientemente modesta sin hiyab, evidentemente, que se lo ponga porque es su modestia. Pero quien se siente suficientemente modesta sinhiyab, no tiene absolutamente ninguna obligación ni motivo para ponérselo. Si pertenece a una escuela o madhab, eso es entre ella y esa escuela o madhab o lo que sea, pero no puede añadirle obligaciones al honrado Alcorán.
Lo cual provoca de nuevo la intervención de asiah43, en la misma línea de defensa de la necesidad de los madhabs:
Mira hermana Badr yo uso el hiyab, trato de estudiar y conocer un madhab porque no soy una sabia del Islam y no puedo interpretar por mi misma ni los hadices ni el Corán y también si bien a veces no puedo cumplir con todo es mi deseo inshallah llegar a ser una buena musulmana no con lo que yo creo o interpreto porque entonces mi ego me tenderá trampas de todo tipo, sino siguiendo a los que más saben. (…) Creo que aquí no se trata de hiyab sí o no, sino de interpretar el Corán y la Sunna (o veo que en tu caso solamente el Corán) individualmente por parte de cada musulmán, aunque no haya jamás estudiado Islam, y desechar toda la tradición islámica incluido el sufismo y demás porque no figuraría directamente en el Corán, o adherirnos al Islam tradicional de los madhabs y dejar de lado nuestras opiniones personales y nuestro ego para seguir el Din orientados por lo que más saben. Y esto hermana es una elección, cada cual elige lo que le parece mejor. Pero, ¿sabes qué? es bueno clarificar la situación, dejar todo claro porque en verdad es una elección difícil.
La forista Badr clarifica su postura:
Yo no cuestiono si alguien es sabio o no. Y menos si hablamos de personas reconocidamente santas y verdaderamente sabias. Lo que digo es que hay cuestiones concretas en las que me choca lo que se dice que dicen los sabios, porque yo no conozco personalmente a Abu Hanifa ni puedo plantearle nada, yo lo que quiero y trato de conseguir es que se me expongan las razones y ver si me convencen o no. Así de sencillo. Eso no tiene nada que ver ni con ser moderno ni con ser antiguo. Si algo me choca moralmente y encima no se me da una razón que me convenza de que en efecto es moral, no me siento obligada a seguirlo, sino a lo contrario. (…) La cuestión es que si a mí, por poner un ejemplo me dicen que para rezar hay que poner las manos así o asao, mientras me sea físicamente posible, me da igual, las pondré como se acuerde en general, si estoy en una asamblea. Pero si se trata de que la herencia de una hija se la coman sus tíos varones, ahí sí que me parece inmoral y sí que exijo una razón clara que me demuestra que eso no es inmoral. Y sobre eso hay mucha tela y todo no es maravilloso en el reino de Dinamarca. De manera que si se diverge no es ni por capricho ni por gusto ni por conveniencia. Si resulta que hay mujeres, muchas, que mantienen familias, y que luego a la hora de heredar resultar que heredan menos y siguen teniendo que mantener una familia, evidentemente, eso necesita corrección. O bien se la compensa a esa mujer de otra manera o bien hereda lo que le corresponde en justicia. Como lo de compensarla de otra manera no llega, a esa mujer le dan de todos lados y todos tan felices, porque todos los madhabs lo dicen así. Pues eso NO ES JUSTO, NO ES JUSTO Y NO ES JUSTO. Y no hay ningún número de sabios que lo hagan justo… Por eso, cuando digo que Hanifa y otros grandes personajes de la historia del islam han podido legislar de la manera más sabia para su circunstancia, está abundantísimamente claro que quienes quiera que sean los sabios de hoy o no les hacen ni caso o lo que dicen no sirve en muchísimos caso de nada, o peor, sirve de daño. ¿Debería yo colaborar en eso? No hace tanto en un hilo de este foro se preguntaba alguien si una mujer podía ser imam y pedía si había hadices que lo autorizaran, y yo pregunté si había hadices que autorizaran a las mujeres a fregar escaleras… No sé, Asiah, si ves por donde voy. La historia del islam, por más mierda que se le quiera echar encima, es brillante, comparativamente muy brillante. Pero el presente deja mucho, mucho que desear, y el pasado no va a volver. Podemos tenerlo como prueba de que de que del honrado Alcorán y la fe islámica se puede sacar mucho, pro no podemos quedarnos en que vamos a sacar lo mismo que sacaron otros, porque nosotros no somos otros ni vivimos en sus circunstancias ni tenemos ante nosotros las mismas pruebas.
Existe pues una tensión constante entre la tradición y la emergencia de un vivencia del islam desarraigada de dichas tradiciones, en un contexto en el cual la transmisión del saber tradicional se ha quebrado… Pues la clave del mantenimiento de las concepciones tradicionales está en el grado de respeto e incluso de obediencia a los grandes imames y sabios del pasado, o al lugar en el cual se coloque a las autoridades religiosas oficiales, de la validez que se le de a una idea como el “consenso de los ulemas”… Es evidente que aquellos que no sienten devoción por los madhabs o por los sabios del pasado, que consideran a la mayoría de estructuras religiosas oficiales como instrumentos del poder tienen más probabilidades de aceptar nuevas interpretaciones, por innovadoras o disparatadas que parezcan para otros musulmanes.
Resulta indudable que todos los madhabs y una tradición interrumpida de siglos ha establecido que la mujer musulmana debía cubrir sus cabellos con un velo, y algo que ha dado lugar a diferentes modos de cubrirse, desde el niqab de las saudíes hasta el chador iraní, propio de la época Qajar, pasando por los velos sueltos y de colores de las mujeres saharauis. Sí, todo esto es innegable. Pero, aún así, uno no puede dejar de preguntarse: dado que los musulmanes consideramos el Corán como la Palabra de Dios, y el propio Corán nos dice que no ha dejado nada sin exponer… ¿Por qué Dios no ha hecho explícita la obligatoriedad de cubrirse el pelo, si esto fuera verdaderamente algo tan importante, tal y como pretenden sus defensores a menudo? Lo mismo puede aplicarse a otras muchas normas establecidas por los grandes juristas del islam, como son la muerte en caso de traición, la lapidación en caso de adulterio, y muy especialmente todo aquello que tiene que ver con la mujer.
Si nos remitimos a los debates de Webislam, no hay apenas internautas que apelen a la autoridad de un gran mufti o de un consejo de ulemas de ningún país de población musulmana. Esto es notable si tenemos en cuenta que existe un gran esfuerzo por crear un Fiqh para las minorías musulmanas en Europa, por parte de instituciones como el European Council for Fatwa and Research… Pero este no es apenas mencionado en los cientos de debates a los que aludimos, por lo que puede decirse que carece del más mínimo reconocimiento. La tensión propia de una religión que sitúa en el centro la relación entre Dios y los creyentes, y niega todo magisterio dogmático. Tradicionalmente esta tensión ha sido resuelta parcialmente mediante el apelar a la autoridad de las fuentes y de los grandes creadores del Fiqh tradicional, así como de los ulemas oficiales. De algún modo esto ha funcionado, ya sea por convicción de los creyentes o por ignorancia de las masas, ya sea libremente o a la fuerza. Pero en el contexto actual esto no se sostiene, tras los impactos sucesivos y continuados del colonialismo, el salafismo y el reformismo musulmán, y finalmente de la globalización y las nuevas tecnologías de la comunicación.
Generalmente los debates conducen a un callejón sin salida. Uno puede argumentar que la homosexualidad es un pecado, y otro contra-argumentar afirmando que no hay nada que justifique tal condena. Se pueden debatir y analizar los argumentos, e incluso es posible que una de las partes modifique algo su postura. Pero una vez abierta la veda, siempre seguirán existiendo posturas divergentes. La pregunta que queda pendiente es la de cómo encajar esta diversidad, y aún más cuando hace su aparición el musulmán que se declara abiertamente homosexual. En este caso ya no se trata de debates teóricos, sino de una cuestión humana acuciante. ¿Qué hacemos entonces? ¿Decirle que debe arrepentirse, reprimir su sexualidad y tratar de vivir como heterosexual? ¿Es esta una respuesta satisfactoria? ¿Podemos seguir aceptando como lícitos discursos que consideran la homosexualidad como una enfermedad?
Este es el verdadero problema que anida en el fondo de los debates: el tema de la autoridad religiosa y el tema vinculado de la aceptación de la diversidad, no como algo que una mayoría —autoproclamada como normal o normativa— deba soportar con paciencia y tolerar con generosidad autosatisfecha, sino como algo bueno en si mismo, como un signo de la capacidad creadora de Al-lâh, quien crea lo que quiere, como quiere y cuando quiere. Pues no existe una norma universal e inamovible, sino vidas humanas expuestas las unas a las otras, que deben tratar de desarrollar sus potencialidades innatas y vivenciar su naturaleza más íntima, aquí y ahora. Y, sobretodo, ejercer nuestra responsabilidad como califas de Dios sobre la tierra, pues una y otra vez el Corán insiste en que se trata de una revelación descendida para aquellos que tienen intelecto.
Pero la aceptación de la diversidad es un viaje de ida y vuelta. ¿Cuál es el límite de loo aceptable y de lo inaceptable? ¿Quién define dicho límite? ¿Todas las interpretaciones son igualmente válidas? Entonces, ¿debemos aceptar plenamente, como una muestra de nuestra aceptación de la diversidad, aquellos discursos homófobos, violentos o sexistas…? En el caso de que pensemos que estas son intolerables, ¿no aspiran a constituir como una nueva ortodoxia (autoridad) aquellos que hoy defienden la libertad interpretativa? ¿No es esto precisamente lo que ha sucedido con los movimientos reformistas y salafis, que al romper con el marco tradicional han acabado imponiendo una visión oscurantista del islam, muy alejada de la rica tradición jurídica que nos precede? Preguntas que dejo en el aire, pues su respuesta no esta en manos de una sola persona. Cada comunidad traza sus límites, y estos son el resultado del roce entre sus miembros, quienes a su vez tienen contacto con realidades sociales diferentes. Es este roce el que nos va puliendo, a nivel individual y colectivo. En el caso de las minorías musulmanas en Europa, el establecimiento de los límites de lo aceptable y de lo inaceptable pasan por una negociación en la cual habrá que tener en cuenta tanto la tradición islámica como los valores dominantes en nuestra sociedad, pues es en un contexto preciso donde esta negociación se lleva a cabo.
Conclusiones generales
1. Urgencia. Muchos de los debates que han tenido lugar en Webislam han surgido al hilo de la actualidad o de la vida cotidiana. Los casos de la lapidación, elhiyab, el imamato femenino, el matrimonio de musulmana con no musulmán… Nos hallamos ante la necesidad de dar respuesta a la problemática del islam en España.
2. En este sentido, estos debates son una muestra de cómo algunos musulmanes afrontan lo que podemos calificar como una experiencia de contradicción. Esto quiere decir: la percepción subjetiva de que existe una contradicción entre lo que uno considera como central en su tradición religiosa y determinadas prácticas que nuestro entorno social considera como aberrantes (el caso de la lapidación es paradigmático). Todos los debates señalados son reflejo de una inquietud, del anhelo de saber y encontrar respuestas satisfactorias, que resuelvan esta experiencia de contradicción que muchos sienten entre las prescripciones tradicionales de la Sharia y nuestra vivencia del islam, en el anhelo de salvar esa terrible contradicción entre lo que vemos y lo que sentimos, entre una concepción idealizada del islam y la situación real del llamado “mundo islámico”.
3. Precariedad. En el caso de Webislam, los debates tienen la particularidad de que no se dan entre juristas, ni entre personas que debaten para ver como aplican las leyes. De lo que adolecen muchos de estos debates es de un cuestionamiento a fondo, de una falta de reflexión sobre lo que Soroush califica como “primeros principios”. Es decir: una cosa es debatir sobre si la pena por adulterio es la lapidación o los cien azotes, y otra es reconsiderar el propio status de la revelación y el sentido último de la Sharia.
4. Ausencia de tabúes. Especialmente en los foros, se muestra hasta que punto los musulmanes están abiertos a reconsiderar cualquier aspecto de su religión.
5. El impacto de Internet. Muchos de los argumentos son tomados de otraswebs, produciéndose un flujo de información, que permite recoger ideas de lo más diversas, rompiendo con todo monopolio del discurso religioso, sea de la tendencia que sea. Más allá de la reflexión personal y de la elaboración de un discurso en solitario, propio de un modelo de intelectual heredado del pasado, la red propicia el intercambio y la confrontación inmediata con otros puntos de vista. Esto implica un verdadero reto, y obliga a una maduración y mayor elaboración de las propuestas.
6. Religión y posmodernidad. Resulta interesante darse cuenta de que tras los argumentos y posicionamientos de unos y de otros subyacen diferentes concepciones del hecho religioso. De modo esquemático, hay una concepción jurídica y normativa, que insiste en la aplicación más o menos literal de la concepción tradicional de la Sharia, y una visión que podemos calificar como posmoderna. En este sentido, estos debates son ya una muestra de las vicisitudes del islam en la posmodernidad. La aceptación de la relatividad de todos planteamientos, de la subjetividad y de lo heterogéneo, la danza de las referencias, la quiebra del saber como ejercicio de dominio, el rechazo del dogmatismo, el culto a la diferencia, la crítica del tradicionalismo, un cierto escepticismo con respecto a la capacidad de la razón, el rechazo a dar por zanjado un tema y dejarlo abierto, como materia para una reflexión siempre renovada… son elementos típicamente posmodernos. De ahí las acusaciones vertidas por aquellos que defienden posturas tradicionalistas, quienes acusan a los otros de crearse una “religión a la carta”, una“religión light” que tiene más que ver con la new age que con el islam. Curiosamente estas acusaciones reproducen expresiones acuñadas por pensadores posmodernos…
7. La centralidad del Corán. De estos debates se desprende que la única autoridad que permanece incontestada es la del Corán, pero también ponen en evidencia la porosidad, fluidez y carácter abierto del Corán, y las dificultades que existen para extraer de él una lectura unívoca que logre consenso entre los musulmanes. Existe una tendencia muy extendida a relativizar la importancia del hadiz. Incluso en temas en los cuales hay hadices relevantes, puede pasarse sobre ellos como algo secundario. Apenas existen referencias al ejemplo de los Sahaba (y debe tenerse en cuenta que para muchos el concepto tradicional de la Sunna es extensible a los Sahaba). Y son escasas o parciales las referencias a las grandes escuelas de jurisprudencia. De algún extraño modo nos situamos en el islam anterior al Imam Shafi’i, es decir, antes de la aceptación masiva del hadiz como fuente de jurisprudencia, al mismo nivel que el Corán. Y casi diría que en esta actitud subyace el anhelo secreto de remontarse al mismo momento del descenso de la revelación, para eludir cualquier mediación excepto la del Corán y (en todo caso) del Profeta.
8. Los debates reflejan lo que podemos calificar como una crisis de autoridad, e incluso lo que en otro lugar he llamado “el descrédito de los ulemas oficiales”, lo cual conduce a un cuestionamiento abierto, sin tapujos, de la tradición. Los debates señalados muestran que el concepto tradicional de autoridad religiosa no son en absoluto operativos en un contexto como el español. Esto se manifiesta en la ausencia de referencias a las fuentes tradicionales de conocimiento religioso en el islam. Salta a la vista que nos situamos fuera del marco del islam tradicional.
9. Democratización del conocimiento religioso. Ningún debate concluye con la “conversión” masiva de los contertulios a un punto de vista, eso es evidente… Por tanto, todo conduce al tema de la aceptación de la diversidad de interpretaciones. Al final, el propio intercambio de puntos de vista obliga a unos y a otros a ampliar y pulir su propia perspectiva, lo cual es en si mismo un procedimiento democrático. Se mire como se mire, nos hallamos ante un proceso de democratización del conocimiento religioso, que se desarrolla al margen e incluso en franco enfrentamiento con el islam institucionalizado al servicio del Estado, y frente a la visión orientalista que esencializa el islam como algo inamovible.
Se trata pues de una modesta pero auténtica revolución, realizada por musulmanes y musulmanas no eruditos, no especialistas, no señalizados, no vinculados al poder, capaces de generar un tipo de saber espontáneo y anárquico, que responde a sus propias necesidades vitales y no a estrategia política alguna, y por tanto que se constituye en una forma de contra-poder frente a las ideologías dominantes. Aunque a la larga los foristas pueden llegar a conocer detalles de sus vidas, Internet ofrece la anonimia como estrategia participativa. Los foristas escriben bajo niks, sin ver sus rostros, se confunden las edades, no se sabe si quien habla es doctor en filosofía o un adolescente, si tiene pedigrí académico o es un francotirador, si es rubio o es moreno, negro o amarillo, si es alto o bajo o jorobado o un efebo… Todos son iguales. Precisamente el aspecto más valioso de estos debates es que nos permiten ver el surgimiento espontáneo de un pensamiento no codificado, en estado bruto y no disponible para su uso. Hemos penetrado el reino de los musulmanes y de las musulmanas sin voz ni rostro, pero con pulsiones y pasiones e intenciones que compartir y confrontar, con todo el sabor a pelea callejera. Se trata hasta cierto punto de lo que Hakim Bey calificaba como una Zona Temporalmente Autónoma: la creación de un espacio de conocimiento y de experiencia al margen, capaz de eludir las estructuras formales del control social, y aún así penetrar y contagiar otros espacios y otras experiencias.

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