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domingo, 31 de enero de 2016

¿Quién es el chileno que murió luchando por el Estado Islámico?

¿Quién es el chileno que murió luchando por el Estado Islámico?


Bastián Vásquez se hizo conocido en 2014, cuando apareció en un video terrorista hablando sobre la "creación del califato"



¿Quién es el chileno que murió luchando por el Estado Islámico?
Bastián Vásquez viajó en 2013 a España y después se trasladó a la frontera entre Siria e Iraq.

El diario El País de España confirmó este sábado la muerte de Bastián Alexis Vásquez, el joven noruego de padres chilenos que se hizo famoso por protagonizar un video del grupo radical autodenominado Estado Islámico en 2014.
El periódico señala que fuentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de España lo identificaron como una de las 29 personas "con relación al país" (nacionales o residentes) que murieron combatiendo en las filas del grupo islamista.

La aparición de Vásquez (o Abu Safiyyah, de Chile, como se hacía llamar) en un video donde se declaraba que los terrenos de Iraq y Siria tomados por Estado Islámico eran considerados un "califato" y en el que el yihadista se atribuía la participación en varios asaltos, evidenció la internacionalización del grupo islamista y el alcance de su maquinaria de comunicaciones.
"El video, con sus llamativas imágenes y sus sorprendentes valores de producción, está diseñado para electrizar a sus seguidores", dijo en su momento el corresponsal de la BBC en Iraq, Paul Adams.
"Y el hecho de que se describa a Abu Safiyya como chileno, simplemente agrega un elemento que los autores esperan que ahora sea el atractivo global de la organización", agregó.
Pero desde aquella "estelar" presentación, se le perdió el rastro. Noruega emitió una orden de captura contra Vásquez por su "participación en grupos terroristas" y nunca más se supo de él.
Hasta este sábado, que de acuerdo al diario El País fue identificado por las autoridades españoles como uno de los insurgentes muertos en medio de los combates.

- Del hip-hop a Siria -
Al conocer el video, BBC Mundo viajó hasta la población de Skien, ubicada unos 245 kilómetros al sur de Oslo, donde el joven noruego vivía con sus padres.
"Supe que como adolescente había formado parte de un grupo comunitario de músicos de hip hop. Y que hace cinco años ocurrió el cambio drástico en su vida cuando conoció a varios musulmanes radicales, uno de ellos era Mohyeldeen Mohammad, un joven noruego iraquí que pronto se volvió uno de los radicales de más alto perfil en este país", le dijo a BBC Mundo Lars Akerhaug, periodista noruega que entrevistó a Vásquez varias veces.
Bastian Vásquez (o Abu Safiyya, como se hacía llamar) mostrando la destrucción en la frontera entre Iraq y Siria.
 
En su pueblo lo recordaban así, como un joven apacible y callado en su juventud, que de repente tuvo una especie de conversión.
Sus padres, chilenos de nacimiento, se habían instalado en Skien en 1988 y Bastián fue su tercer hijo y el único que nació en Noruega. Durante años tuvieron una vida tranquila y normal.
"Se convirtió en musulmán cuando comenzó a conocer las injusticias que se cometían en contra de los civiles en Iraq y Afganistán", relató su abogado John Christian Elden al diario El Mercurio de Chile.
Pero fue precisamente cuando comenzó a radicalizar sus ideas, de la mano de Mohyeldeen Mohammad, que todo cambió.
De ser una persona silenciosa y que no se hacía notar, pasó a grabar un video en el cuarto en el que amenazaba al rey Haroldo V y al Parlamento y que publicó en las redes sociales.
Por ese motivo fue arrestado, pero fue liberado poco después. Sin embargo, cuando fue citado a juicio en 2013 para comparecer por sus amenazas, no apareció.

- Huida a Siria -
Nadie de su familia quiso hablar con BBC Mundo. Solo se conocen las declaraciones de uno de sus hermanos, que brevemente describió la situación de la familia: "Estamos conmocionados por lo que hemos visto y no queremos dar más declaraciones".
En el momento de partir, Vásquez había dado un par de pistas sobre lo que haría: viajar a Siria.
Pero haría algunas escalas.
Esta es la casa de la infancia de Bastian Vásquez en Skien, Noruega.
 
De acuerdo a las autoridades españolas, el joven islamista noruego viajó hasta Barcelona, donde frecuentó los círculos salafistas –considerados los más radicales dentro del islamismo- y contactó a varias personas con el ánimo de reclutarlas para que lucharan con Estado Islámico.
BBC Mundo pudo constatar cómo en su página de Facebook se registró en lugares turísticos de la ciudad durante varios días y meses: publicó su visita al estadio Camp Nou del FC Barcelona, equipo del que era fanático.
Estando allí adquirió su tarjeta de residente español, que ha sido el documento que permitió la identificación por parte de los cuerpos de seguridad españoles y que fue publicado por El País.
Sin embargo, después de su paso por Barcelona se le perdió todo el rastro.

- El video de las fronteras -
El Bastián Vásquez que aparece en el video es otro: una barba profusa cubría su rostro y, mientras se paseaba por una zona de la frontera entre Iraq y Siria, explicaba su misión:
"No reconocemos esta frontera, nunca la reconoceremos. Y no será la última frontera que rompamos", se escucha decir a Vásquez.
"En el mundo musulmán no hay fronteras y esperemos que solo tenga un imán –jefe religioso- que debe ser Abu Bakr al Bagdadi", concluyó.
La aparición de Vásquez ocurrió también por los mismos días en que se conoció el video de John, el yihadista (su verdadero nombre es Mohammed Emwazi), donde aparecía otro joven -éste con un pronunciado acento británico- decapitando a un periodista en frente de la cámara.


El centro de la ciudad de Skien, en Noruega. Los Vásquez vivían en Gulset, un suburbio en el noroeste de la ciudad.

Ambos personajes se convirtieron en los rostros internacionales de Estado Islámico y la guerra en Iraq y Siria que inició en junio de 2014.
Pero ambos acabaron con su vida en las filas de la organización: la muerte de Emwazi fue confirmada por el propio Estado Islámico y ahora, la de Bastián Vásquez, el yihadista llegado de Noruega.


John, el yihadista, fue otro de los hombres que salieron hablando en inglés en los videos de Estado Islámico.
 

“El Desplome del Petróleo Provocará Mil Millones de Refugiados de África y Oriente Medio hacia Europa”


DAVOS. (ABNA) – El desplome del precio del petróleo provocará la emigración masiva hacia el Hemisferio norte de mil millones de refugiados de los países de África y Oriente Medio cuyas economías se basan en los ingresos del crudo, advirtió el director del Foro de Davos que ha reunido en esta ciudad suiza a más de 2.500 líderes políticos y empresariales de 100 países, entre ellos 40 jefes de estado y de gobierno. El escenario de la mayor emigración masiva desde la Segunda Guerra Mundial ocupó la “agenda secreta” de los líderes globales, junto a la “oficial” que abordó las bajas expectativas de recuperación de la economía global y la delicada situación de la Unión Europea.
Según la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) – En un tono alarmante, Klaus Schwab, economista y empresario alemán fundador del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha afirmado durante la 46 reunión celebrada en Davos (Suiza) del 20 al 23 de enero bajo el lema “Dominando la Cuarta Revolución Industrial”, que la crisis que inundó Europa de refugiados en 2015 no será nada comparada con lo que está por llegar.
Schawab vaticinó que el desplome del precio del barril de petróleo provocará una “desintegración social” en los países del continente africano y de Oriente Medio cuyas economías dependen de los ingresos del petróleo. Estimó que, de mantenerse bajo mínimos el barril de crudo, mil millones de personas emigrarán hacia el Hemisferio norte para sobrevivir.

“La crisis que inundó Europa de refugiados en 2015 no será nada comparada con lo que está por llegar”, advierte el fundador del Foro de Davos

El analista jefe de la consultora británica británico IHS, Nariman Behravesh, afirmó que existen dos Davos, el público con la agenda oficial, y el privado con una agenda secreta donde se exponen los problemas más acuciantes. El principal de esta “agenda b” es la crisis de refugiados, la más grave desde la Segunda Guerra Mundial.
Refugiados en primavera
Los representantes de Gobiernos concluyeron en Davos que la UE podría verse seriamente afectada si no se logra un acuerdo para afrontar la llegada de millones de refugiados procedentes tanto de países devastados por las guerras, como de aquellos que viven del petróleo y sus economías colapsarán por el desplome del precio del crudo.
En esta línea, el presidente del Consejo Europeo, Mark Rutte, advirtió que a partir de la primavera crecerán las oleadas de refugiados hacia Europa, por lo que es urgente encontrar una solución «en las próximas seis u ocho semanas».
Al margen de la “agenda secreta”, los líderes globales reunidos en Davos han identificado y analizado los cuatro riesgos que acechan a Europa:
1. La continuidad de la Unión Europea está en juego si no se resuelve el problema de la seguridad que implica la llegada masiva de refugiados. Existe el peligro de que cada vez más países cierren sus fronteras como ya han hecho Dinamarca y Suecia.
2. La salida del Reino Unido de la UE (Brexit) supondría un mazazo a la viabilidad del proyecto europeo.
3. Las economías del sur de Europa lastradas por la deuda se enfrentan a una situación en extremo delicada ante la incapacidad de sus bancos para refinanciarse y las altas tasas de morosidad.
4. La creciente amenaza terrorista wahhabo-takfirí con atentados indiscriminados.
Respecto a la situación de la economía global, los analistas coincidieron en las bajas expectativas de recuperación, en especial por la ralentización de la economía china que crecerá un 6,9% en 2016, su peor cifra de los últimos 25 años.

“El sistema financiero está a las puertas de una avalancha de impagos y bancarrotas”, asegura economista jefe de la OCDE

El reconocido analista económico canadiense William White, presidente del Comité de Revisión Económica y Desarrollo de la OCDE, afirmó en “The Telegraph” la víspera de la reunión de Davos que “el sistema financiero global está a las puertas de una peligrosa avalancha de impagos y bancarrotas que pondrá a prueba la estabilidad política y social mundial”.
Las ingentes deudas nunca serán pagadas
“La situación actual es peor que en 2007, puesto que las municiones macroeconómicas necesarias para combatir las crisis están prácticamente agotadas”, apunta William White, uno de los pocos analistas que adelantó en 2005 que las finanzas occidentales se dirigían a una violenta crisis.
White asegura que “la recesión que se avecina pondrá de manifiesto que muchas de las ingentes deudas no podrán ser nunca reembolsadas”. Vaticina que el sistema bancario europeo necesita recapitalizarse a una escala inimaginable que obligará a fijar una nuevas “reglas de rescate”.
Y suelta la bomba: “los titulares de depósitos por encima de 100.000 euros tendrán que ayudar a pagar las deudas bancarias”. Opiniones todas ellas compartidas por los gurús económicos que aconsejan estar preparados para lo peor.

La cancelación de deudas producirá un reordenamiento masivo de ganadores y perdedores en la sociedad

En la “tormenta perfecta” que está a punto de desencadenarse, el directivo de la OCDE afirma que la tarea más importante de las autoridades mundiales es la cancelación de las deudas, lo que supondrá un “reordenamiento masivo de ganadores y perdedores en la sociedad”.
Morosidad europea: un billón de dólares
Respecto a la morosidad, William White señala que la cifra de un billón de dólares dada por los bancos europeos puede ser aún mayor debido a inversiones dudosas que no se hacen públicas porque nunca se podrán recuperar.
Finalmente apunta que “los mercados emergentes ya no son la solución como ocurrió después de la crisis de Lehman Brothers, ahora son parte del problema debido a la desaceleración de sus economías”.

Fuente: http://es.abna24.com/cultural/article-day/archive/2016/01/27/732252/story.html
La cuarta detonación nuclear en Corea: los peligros de la disputa por el Pacífico
Alberto Betancourt Posada *
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l 6 de enero de 2016 una detonación nuclear en la península de Corea envió señales sísmicas que fueron captadas por miles de sismógrafos alrededor del mundo. La explosión aceleró la tendencia a la baja de las bolsas de valores del planeta e incrementó las tensiones geopolíticas entre las potencias que se disputan el océano Pacífico. La prueba subterránea también actualizó una pregunta formulada por Theodoro Adorno y Max Horkheimer en su Dialéctica de la Ilustración: ¿por qué el ser humano, aunque obtiene progresos técnicos, llega una y otra vez a la barbarie?
El gobierno de la República Popular de Corea (RPC) informó que había detonado una pequeña bomba H para defender la soberanía popular, vigorizar la causa Juche, garantizar la integridad de la península, perfeccionar sus arsenales y responder a los portaviones y superbombarderos con carga atómica colocados por Estados Unidos en la península. El comunicado concluye:Sería un error tirar un rifle cuando se está rodeado de lobos. El 10 de enero, Estados Unidos respondió sobrevolando la zona con su bombarderos B-52 y acercando un B2 y varios F22 Raptor.
En 2009, cuando la RPC realizó su tercera detonación nuclear, los sismólogos concluyeron que poseía una ojiva atómica parecida a la detonada en Hiroshima. De acuerdo con Jeffrey Park, (Seismic waves from North Korea suggest a repeat of the 2013 nuclear test, The Bulletin of Atomic Scientists, 7/I/16), los datos del sismógrafo de Mundajiang, China, el más cercano al reciente estallido, delinean un sismo trepidatorio que, desde la primera onda de compresión (onda P) hasta la última onda recibida, mostraron un comportamiento muy similar al de la explosión de 2013, correspondiente a una bomba A (de fisión) y no al sismo seis veces mayor que provocaría una bomba H (de fisión-fusión). Una bomba A requiere una explosión basada en la fisión atómica, una bomba H se basa en una primera explosión (de fisión) para alcanzar las temperaturas necesarias para provocar una fusión atómica que desata un segundo estallido; aunque también podría haber ocurrido, señala, que la explosión haya sido producida por un artefacto diseñado como bomba H al quese cebó la segunda explosión o bien era un experimento para probar el detonador de una bomba H, aún en construcción.
¿Qué pensaron los líderes del Partido Comunista Chino el día de la descarga nuclear?, ¿lo sabían?, ¿se sorprendieron?, ¿lo aprobaron?, o ¿pensaron que su aliado se había salido del huacal? De acuerdo con Bruce Cummings, en The North Korea that can say no (The Bulletin of Atomic Scientists 11/enero16), es probable que un sector de la dirigencia comunista china vea el arsenal norcoreano como refuerzo en la contención del eje Washington-Tokio-Seúl. Pero otro sector debe opinar que las provocaciones norcoreanas brindan a Obama una coartada para saturar de armas la región.
El 15 de enero la agencia Yonhap informó que la segunda flota de la armada de Corea del Sur realizó un ejercicio con fuego real en el mar Amarillo, disparó proyectiles de artillería y minas antisubmarinas. Por su parte, Shinzo Abe, primer ministro de Japón, declaró que la última detonación atómica norcoreana representa una amenaza directa para la seguridad de su país. Para Ulv Hanssen, doctor por la universidad de Freie, de Berlín (citado en Zappa,Shinzo Abe sulla bomba coreana: È una minaccia esplicita alla nostra sicurezzaIl manifestó, 7/I/16), el principal peligro radica en que Japón incremente su presupuesto militar e inicie una carrera armamentista en la región.
El 6 de diciembre Josh Earnest, secretario de prensa de la Casa Blanca, afirmó que el presidente Obama ha sido exitoso en convertir a la RPC en el país más aislado del mundo y que durante su último encuentro con el presidente Xi Jinping ambos acordaron negar a Corea el estatus de potencia nuclear. Sin embargo, según la cancillería japonesa, China se ha opuesto a aplicar nuevas sanciones contra la RPC en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Kim Jong Un juega con fuego, pero las grandes potencias también están en falta al incumplir el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que las obliga a desmantelar sus arsenales. El filósofo coreano Byung-Chul Han ha señalado en su libro Psicopolítica que la dominación perfecta introyecta en los dominados las ideas del dominador. No debemos acostumbrarnos a la existencia de las armas atómicas ni creer imposible su desmantelamiento. Los acuerdos Start 1, 2 y 3, y el reciente convenio alcanzado con Irán, muestran que son posibles tanto el desmantelamiento de los arsenales como la no proliferación. La disputa interimperialista por el Pacífico pone en peligro la paz global. Si somos colmena inteligente debemos encontrar la manera de jalar el freno de emergencia para evitar que el término homo sapiens se convierta en eufemismo.
* Doctor en historia y profesor de la UNAM


El presidente de Turquía acusa de nuevo a Rusia de violar su espacio aéreo
Reuters y Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de enero de 2016, p. 17
Ankara.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró este sábado que un avión ruso SU-34 volvió a violar su espacio aéreo, dos meses después de haber derribado un caza ruso, al que Ankara acusó de haber hecho lo mismo. Alertó a Moscú del riesgo decomportamientos irresponsables, por lo que el embajador moscovita Andréi Karloz fue convocado al Ministerio de Relaciones Exteriores turco.
El ministerio indicó en un comunicado que la violación es una clara señal de que Rusia quiere que los problemas entre los dos países aumenten.
Estamos haciendo un llamado claro a la Federación Rusa para que no viole el espacio aéreo turco, que también es el espacio aéreo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), indica el texto.
Estamos poniendo énfasis una vez más en que las consecuencias no deseadas de ese comportamiento irresponsable pertenecerán completamente a la Federación Rusia, agrega el documento.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia calificó de propaganda sin fundamento dichas acusaciones.
Las declaraciones del lado turco sobre una supuesta violación de su espacio aéreo por un avión ruso SU-34 son propaganda, aseveró el portavoz del Ministerio de Defensa, el mayor Igor Konashenkov.
La OTAN apremió a Moscú arespetar plenamente el espacio aéreo de sus países miembros.
Su secretario general, Jens Stoltenberg, instó a Rusia a tomar todas las medidas necesarias para garantizar que el espacio aéreo turco no vuelva a ser violado, mientras el presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que quería reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
El 24 de noviembre de 2015 cazabombarderos F-16 turcos abatieron un Sukhoi-24 ruso que sobrevolaba la frontera turcosiria y uno de los dos pilotos murió ametrallado cuando descendía en paracaídas. El otro fue rescatado por un comando.
Ese derribo fue calificado por Putin de puñalada en la espalda y provocó una grave crisis entre Ankara y Moscú, cuyas relaciones eran buenas a pesar de sus diferencias sobre el conflicto en Siria.
Moscú tomó represalias contra Ankara, como reinstaurar el visado a los turcos que se trasladen a Rusia, recomendar a sus ciudadanos que no viajen a Turquía e imponer un embargo a algunos productos turcos, en particular frutas y verduras.
 A tres minutos del Apocalipsis, según El reloj del Juicio Final
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
El presente año comenzó con un especulativo desplome del precio del petróleoFoto María Meléndrez Parada
E
l 2016 empezó con una hecatombe bursátil y el especulativo desplome del precio del petróleo por los megabancos de Wall Street.
Como si lo anterior fuera poco, el Boletín de Científicos Atómicos, con 16 premios Nobel adscritos, colocó el 26 de enero las manecillas del Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock) a tres minutos del Apocalipsis (http://goo.gl/kStovJ).
El mismo día, Sputnik dio vuelo a las perturbadoras declaraciones de William Perry, de 88 años y ex secretario del Pentágono con Clinton, quien aduce que “el peligro de una catástrofe nuclear es hoy ya mayor de lo que fue durante laguerra fría (…) y, sin embargo, nuestras políticas simplemente no reflejan esos peligros cuando tanto Estados Unidos como Moscú modernizan sus arsenales nucleares por primera vez desde el fin de la guerra fría”.
William Perry explaya que el costo de la modernización de Estados Unidos sería de 350 mil millones de dólares en la próxima década, cuando se corre el riesgo de una guerra nuclear accidental, ya que se han incrementado las tensiones entre Washington y Moscú (http://goo.gl/IFDHZ5).
Perry ya había advertido sobre una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia (http://goo.gl/KUCYEV), mientras el Centro de Seguridad Nuclear estima el costo de la modernización del primer país casi al triple de lo propalado por Perry: un billón (trillion, en anglosajón) en 30 años, de acuerdo con el anuncio de Obama en 2014.
De las 16 mil 300 armas nucleares desplegadas hoy en el mundo, cuya macabra contabilidad encabezan Estados Unidos y Rusia –al unísono con Francia, Gran Bretaña, China, Israel, Pakistán, India y Norcorea–, solamente 50 y/o 100 bastarían para provocar muertes masivas y efectos duraderos en la atmósfera, sin contar otros dos tantos de bombas atómicas almacenadas, ¡con solo 0.3 por ciento de las armas nucleares desplegada se puede extinguir la vida en la biosfera!
Las manecillas de 2016 –idénticas al año pasado– denotan un peor vaticinio que durante la crisis de los misiles en Cuba en 1962.
En medio del pueril libelo de la Tesorería de Estados Unidos en la BBC contra el zar Vlady Putin –que de corrupto no lo bajan, como si los políticos israelí-anglosajones fueran inmaculados (http://goo.gl/bRERqT)–, el mismo día de la funesta publicación del boletín y sin motivación conspicua, 10 regimientos de la Fuerza de Misiles Estratégicos de Rusia fueron colocados en alerta mayor (http://goo.gl/QOEHrR), entre ellos siete regimientos armados con los letales misiles móviles Topol/Topol-M/Yars. ¿Se preparan a un ataque pérfido de Estados Unidos?
En sincronía, la pugnaz prensa británica intensificó los anatemas masivos contra el zar Vlady Putin, en particular, el extraño caso del doble espía Litvinenko (http://goo.gl/Thge1B).
El rubro Tablero de Instrumentos(Dashboard) (http://goo.gl/tEUaxh) del boletín expone toda una serie de amenazas –nucleares, biológicas, emergentes y cambio climático– que no distan de las proferidas por el notable astrofísico británico Stephen Hawking, con la salvedad de la inteligencia artificial y la ingeniería genética (http://goo.gl/PRtM9g).
El tablero expone la seguridad del material nuclear y los tipos de incidentes –extravíos, robos, etc– por país entre 2010 y 2015”: Estados Unidos (58); Francia (cinco); Argentina (tres); Brasil (dos); Chile (dos) y México (dos), y otros 12 países, con 27 robos, 14 extravíos, ocho fallas de lanzamiento, un material contaminado, una violación a las regulaciones y siete desconocidos (¿?).
¡Dos incidentes nucleares en elMéxico neoliberal itamitaWhat happened?
El boletín movió las manecillas debido a dos máximos riesgos: el nuclear y el cambio climático, que reseñan en detalle los rotativos británicos The Guardian(http://goo.gl/eNj5pl) y Daily Mail(http://goo.gl/iyjHTk).
Suzanne Goldenberg, de The Guardian, destaca que los científicos mantuvieron las manecillas cercanas al Apocalipsis debido a que los líderes internacionales están fallando en el desempeño de su deber más importante, pese a dos importantes logros en 2015: el acuerdo de desnuclearización de Irán y el histórico Acuerdo en París para combatir el cambio climático, cuando elorden mundial contó el año pasado con las amenazas de la ciberguerra y los yihadistas.
Fue en 1991 cuando el fin de laguerra fría alejó las manecillas a 17 minutos de la medianoche.
El muy influyente George Shultz, de 93 años y ex secretario de Estado con Reagan, juzga que “el mundo es hoy un lugar muy peligroso para vivir desde el finiquito de la guerra fría: tenemos un mundo sumergido por el cambio. No existe un lugar desde donde se pueda ver y se diga que es un mundo de prosperidad estable. Es un caos terrible”.
¿No es, acaso, el caos provocado por la decadencia de Estados Unidos y su negación al nuevo orden tripolar con Rusia y China?
Daily Mail considera que existepreocupación por los conflictos continuos en Ucrania y Siria, donde colisionan los intereses geoestratégicos de Estados Unidos y Rusia, así como por el movimiento de armas nucleares de corto y mediano alcance por Rusia y laamenaza de Estados Unidos de colocar de nuevo armas nucleares en Europa: dos de los principales contribuyentes a que el reloj se haya detenido en relación con el año pasado, lo cual se agrega a lapresunta prueba de una bomba de hidrógeno por Norcorea.
Daily Mail expone que en 1953 el reloj se encontró a dos minutos, cuandotanto Estados Unidos como la URSS experimentaron sus bombas de hidrógeno.
El boletín comenta la continuación del conflicto en Ucrania y Siria, acompañado por peligrosas bravatas y políticas arriesgadas, con Turquía, miembro de la OTAN, derribando un avión ruso implicado en Siria, y el director de la agencia de noticias de Rusia realizando declaraciones sobre convertir a Estados Unidos en ceniza radioactiva, mientras la OTAN y Rusia reposicionan sus activos militares y efectúan significativos ejercicios militares.
Pese a los avances sobre el cambio climático, el boletín detecta que el presente gobierno de Gran Bretaña ha retrocedido, mientras el Partido Republicano es el único en el mundo que no reconoce que el cambio climático causado por humanos (sic) sea un problema.
By the time being, no me entrometeré en la discusión bizantina sobre si el cambio climático esestructuralmente cíclico de la Vía Láctea o es antropogénico.
El boletín propone seis medidas urgentes para regresar el reloj a niveles que no pongan en riesgo la existencia de la humanidad: 1.Reducir en forma dramática el gasto propuesto de los programas de modernización de las armas nucleares; 2. Reenergizar el desarme; 3. Negociar con Norcorea; 4. Seguimiento del Acuerdo de París que reduzca en forma abrupta las emisiones de gas invernadero y cumpla la promesa de conservar el calentamiento debajo de 2 grados Celsius; 5.Abordar el problema comercial (sic) de los desechos nucleares, y 6. Crear instituciones para explorar y enfrentar los potencialmente malos usos catastróficos de las nuevas tecnologías.
Una feroz crítica a los hallazgos del boletín es su génesis pecaminosa: fundado por los científicos de la Universidad de Chicago, cuyasaportaciones en economía –el monetarismo neoliberal de Milton Friedman–, sin armas nucleares, han sido casi apocalípticas para el género humano.
Twitter: @AlfredoJalifeR_
Facebook: AlfredoJalife

El Estado Islámico amenaza al mundo: "Francia fue el comienzo, mañana serán Washington, Nueva York y Moscú"

POLÍTICAMIÉRCOLES 02 DE DICIEMBRE 2015

El Estado Islámico amenaza al mundo: "Francia fue el comienzo, mañana serán Washington, Nueva York y Moscú"

En un nuevo video del grupo terrorista ISIS, dos milicianos hablan a la cámara en inglés y en árabe sobre los próximos objetivos
Terroristas del Estado Islámico amenazan a Washington, Moscú y Nueva York
Terroristas del Estado Islámico amenazan a Washington, Moscú y Nueva York
El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) difundió este miércoles una filmación donde advierte que el ataque en París del 13 de noviembre "fue sólo el comienzo"de una serie de atentados que planea replicar dentro de Estados Unidos y de Rusia.

"Tenemos nuestras armas y nuestros explosivos", advirtió uno de los yihadistas en la grabación divulgada a través de redes sociales.

Hablando en inglés, el representante de ISIS afirmó que Estados Unidos correrá la misma suerte que Francia. "Les decimos a los Estados que participan en la campaña de los cruzados que, por Dios, ustedes tendrán un día, si Dios quiere, como el francés. Y así como golpeamos a Francia en el centro de París, juramos que golpearemos a EEUU en su centro en Washington", aseguró.

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Después de los atentados en París, que dejaron 133 muertos, el ISIS ya había logrado viralizar un video con imágenes de un clip anterior donde marcaba que el objetivo del próximo ataque sería Times Square, en Nueva York.
Sin embargo, tanto las autoridades de la ciudad como el propio Barack Obama declararon que no existía una "amenaza específica" contra los Estados Unidos. Este nuevo video modifica el escenario. El ISIS ubica a Washington y a Nueva York junto a Moscú, amenazado también en el último video de una decapitación, como posibles blancos de la brutalidad yihadista

La crisis del mundo islámico

WILLIAM PFAFF
Unidos por el Corán y la lengua árabe, la civilización islámica vive una interminable crisis de carácter político y religioso. Resolverla está en manos de los países musulmanes. La intervención externa solo ha servido para frustrar cualquier intento de solución interna.
Desde la caída del Imperio Otomano tras la Primera Guerra mundial, la civilización islámica árabe atraviesa una profunda crisis que solo habrá de resolverse desde dentro. Esta crisis es de carácter tanto político como religioso, y podría compararse a la vivida en Europa durante la guerra de los Treinta Años, que terminó en 1648 con la Paz de Westfalia. Estos supusieron la aparición de un nuevo sistema de Estados soberanos nacionales y, en el ámbito religioso, allanó el camino para la aceptación del principio cuius regio, eius religio, fijado por la Dieta de Augsburgo en 1555. A grandes rasgos, puede decirse que ambos instrumentos legales se han respetado en Occidente hasta hoy, excepción hecha del siniestro interludio totalitario del siglo XX.
Ni la aparición inesperada del que se ha autoproclamado nuevo Califato Islámico, ni las atrocidades que demuestran su poder e impiedad, ni su objetivo declarado de recuperar una edad del islamismo deberían ser considerados fenómenos nuevos en la historia del imperialismo y del posimperialismo. Que últimamente el debate en los círculos europeos y estadounidenses haya girado en torno a lo qué hacer (o no hacer) con respecto al Estado Islámico (EI) revela hasta qué punto, sorprendentemente, se ignora la Historia y se insiste en no reconocer las continuadas futilidades y fracasos de Occidente a la hora de imponer su voluntad más allá de sus fronteras. Este nuevo movimiento que llama a recuperar el poder perdido y la gloria pasada del islam es, en realidad –y por poco convincente que parezca esa aspiración–, la última etapa de la crisis que aqueja a la civilización árabe musulmana desde su desmembración tras la derrota del Imperio Otomano, la última manifestación política de un islam unido.

La vuelta al pasado
Nos repiten una y otra vez que para entender el presente debemos estudiar el pasado, pero en la práctica rara vez lo hacemos con amplitud de miras. En varias ocasiones se han alzado movimientos populares radicales que exigían devolver a alguna sociedad fragmentada y culturalmente consternada su Edad de Oro: ocurrió dos veces en la China del siglo XIX (las rebeliones Taiping y de los bóxers), en India (el llamado motín de los cipayos de 1857) y en el Sudán colonial (donde el mahdi Mohamed Ahmed, mesiánico purificador del islam, tomó Jartún en 1885 y asesinó al general Charles Gordon). Estos son solo dos de los ejemplos más relevantes de insurrecciones contra el poder imperial.
Se trata de un fenómeno que apareció en el África poscolonial, cuando los practicantes de religiones animistas se propusieron capturar o emular el poder de la religión imperial para escapar de la explotación. Un fenómeno que sigue dándose en su forma más primitiva. ¿Qué, si no, son el terrible Ejército de Resistencia del Señor de Uganda u otros fenómenos radicales, como Boko Haram, clasificados por los gobiernos europeos simplemente de “terroristas”? Su poder reside en que los inspiran determinadas interpretaciones, a veces perversas, de la religión.
Tales fenómenos son, en su totalidad, expresión del problema quizá más recurrente de la historia: la búsqueda de la “clave del Milenio”, común a sociedades tanto sencillas como sofisticadas desde los tiempos más remotos. Por ejemplo, ¿qué diríamos que es (y sigue siendo, en ciertas formas fragmentadas) el comunismo? El comunismo propuso un método para alcanzar las promesas hechas por la Internacional Comunista y varios gobiernos, entre ellos el soviético: el Gran Día, en que la virtud quedaría encarnada en una futura felicidad permanente y en una condición humana transformada, el Gran Día en que se recuperaría un pasado glorioso que traería la justicia y la dicha a los pueblos afligidos. Es decir, una religión secular.
Estamos pues ante un fenómeno moderno. En Occidente, durante la Edad Media, se consideraba que el paraíso prometido existía más allá del tiempo y que solo abriría sus puertas después de que la llegada del Mesías acabara con el dolor de la existencia terrena. El nuevo milenio marcaba el final de una era secular, tras el cual se agotaría la historia de la humanidad y daría comienzo el milenio de reinado celestial, tal y como prometió el Libro de las Revelaciones. El marxismo fue la traducción secular de esa promesa religiosa, promulgada por nuevos profetas: el propio Marx, Engels o Mao. Hacía falta una promesa laica, porque Dios había perecido a manos de la Ilustración europea. Pero esta no es la visión del islam. El emir Abu Bakr al Baghdadi, supuesto nuevo califa del islam, espera que se cumplan las promesas del profeta Mahoma que, como las de la cristiandad, son intemporales.
El Califato Islámico anunció su nacimiento en agosto de 2014 y se proclamó dispuesto a atacar a Occidente y en especial a Estados Unidos y a sus heréticos aliados árabes: el Estado de Irak, chií y sometido a la política estadounidense, y Arabia Saudí, que afirma su superioridad en virtud de su ideología propia, el wahabismo. En el seno del islam, el conflicto entre suníes y chiíes se enrarece y extiende, promovido por los Estados islámicos más grandes y poderosos, como los suníes Arabia Saudí y Catar o el chií Irán, entre otros. Todos ellos proveen energía a Occidente. En Oriente Próximo se están librando actualmente muchas guerras, pero todas se confinan casi exclusivamente a sociedades islámicas y su origen está principalmente en antiguas disputas religiosas en torno a la doctrina del Profeta, siendo secundarias las motivaciones políticas o geopolíticas. Es mejor dejarlo estar.
¿Por qué los políticos de la oposición en EE UU se empeñan en que Barack Obama saque músculo yendo de nuevo a la guerra? ¿Por qué el presidente se ha sometido a ese chantaje fronteras adentro? Tanto Irak y Siria (que libran guerras civiles) como Hezbolá (que lucha contra Israel, los rebeldes suníes y los mandatarios alauitas de Siria) han demostrado ya que saben enseñar los dientes a sus enemigos.
Los únicos en fracasar recientemente han sido los militares iraquíes, tras una década de entrenamiento militar estadounidense: sin duda, la causa está en la incapacidad del gobierno iraquí para sembrar lealtades y alimentar el nacionalismo que vincula un ejército al Estado y al pueblo que debe defender. Se trata, así pues, de un fracaso político, consecuencia de la miope demolición que el gobierno de George Bush hijo perpetró contra el Irak secular anterior a 2003.

Lo que quedó de las dos guerras
La crisis que actualmente atraviesan los países árabes se inició tras la Gran Guerra, cuando los vencedores, es decir, los principales poderes imperiales europeos de entonces, dispusieron como quisieron de los despojos del Imperio Otomano. Su nuevo instrumento legal, la Sociedad de Naciones, les permitía crear mandatos y supervisar las nuevas monarquías y demás autoridades territoriales reconocidas por los acuerdos firmados en la posguerra. No obstante, los pueblos del islam no cejaron en su empeño de reunirse: pese a sus diferencias teológicas, los unía el Corán y la lengua árabe, en la que está escrito ese libro sagrado y en la que se lee aún hoy. El sistema otomano que había reemplazado a los grandes califatos árabes fue destruido a finales del siglo XIX y principios del XX, primero debido a la resistencia ofrecida en los territorios eslavos del imperio y, a continuación, por la colisión contra la Europa moderna e industrializada, en la Primera Guerra mundial. El desafío intelectual y teológico que había planteado la Ilustración europea influyó inevitablemente a los pensadores islámicos y dieron curso a las corrientes reformistas del movimiento de los Jóvenes Turcos en el seno del Imperio Otomano.
Después de 1918, el intemporal Egipto (islámico pero no árabe) siguió siendo una monarquía, aunque bajo protectorado británico. Persia, otra antigua monarquía independiente ajena al mundo árabe, cayó también bajo la égida informal de Reino Unido, tras el descubrimiento en el siglo XIX de petróleo, necesario para el funcionamiento de la Royal Navy. Los tronos de Siria, Irak y Transjordania fueron ocupados por monarcas árabes hachemitas (en Irak reinó Faisal, quien encabezó la revolución árabe con T. E. Lawrence, alias Lawrence de Arabia, como consejero militar y fue en un principio coronado rey de Siria, hasta que las autoridades coloniales francesas lo apartaron del poder).
Ambos Estados eran mandatos de la Sociedad de Naciones, bajo control francés y británico respectivamente, al igual que Palestina que –como es bien sabido– se transformó asimismo en Mandato Británico, sin previsión de cumplir la promesa hecha durante la guerra de establecer en ella la “patria del pueblo judío”, a condición de que se reconociesen los derechos de las comunidades no judías de Palestina, como especificaba la Declaración Balfour.
Lo que en ese tiempo era la Arabia tribal estaba siendo tomada progresivamente por el purista movimiento wahabí, encabezado por Ibn Saud. Sus territorios conquistados fueron proclamados independientes por Arabia Saudí en 1926, mientras que el actual Yemen se mantuvo bajo poder tribal. Los gobiernos coloniales europeos estaban acostumbrados a gobernar a pueblos “menores” en ultramar, más allá de las fronteras continentales, creyendo siempre actuar en el interés propio y el de los pueblos gobernados. Lo hicieron bajo la autoridad incontestable de la “comunidad internacional” (como llamaríamos hoy a aquella Sociedad de Naciones), destruyendo todas las expectativas que los pueblos árabes tenían de una independencia unitaria y real.
Las nuevas monarquías de Irak y Siria cedieron a los movimientos militares nacionalistas de las décadas de los veinte y los treinta. El partido panárabe Baaz, de espíritu modernizador y laico, terminaría tomando el poder en ambos países, y se vería influido por los cristianos libaneses, que temían encontrarse aislados en el seno de un nuevo país panárabe musulmán. Quien más cerca estuvo del ideal panárabe (la fundación de una nación árabe única) fue el coronel egipcio Gamal Abdel Nasser, quien en 1953 aplicó una interpretación árabe del socialismo y consiguió unir efímeramente Egipto, Siria y Yemen (el antaño Reino de Saba). Los Hermanos Musulmanes (fraternidad fundada en Egipto en 1928, a la que Nasser se opuso) fueron y siguen siendo un movimiento panárabe, radical y sectario, con múltiples manifestaciones y, probablemente, mucho futuro por delante, pese a su derrota en Egipto.
Tres décadas después del armisticio de la Primera Guerra mundial, la entonces joven Organización de las Naciones Unidas, institución occidental dominada tanto entonces como ahora por EE UU, dividió el Mandato Británico de Palestina para crear la Patria Nacional Judía prometida por el gobierno británico a través de la Declaración Balfour, en noviembre de 1917. Nace así un conflicto permanente con los palestinos que poseían esos territorios. Desde entonces, no han dejado de luchar los sionistas respaldados por EE UU y los árabes que habitaban Palestina. Este conflicto ha obrado transformaciones políticas y psicológicas en la conciencia comunitaria árabe y ha desenterrado sensibilidades y el recuerdo de las Cruzadas, de los grandes califatos y del periodo otomano, cuando los árabes dominaron la Europa balcánica, desde Grecia hasta Viena. En ambos bandos, el conflicto palestino se ha convertido en una lucha “existencial”, tomando prestado el adjetivo utilizado por los políticos israelíes. Quien pierda, muere.
Los árabes emergieron de la Segunda Guerra mundial bajo el control de las mismas potencias coloniales y la influencia de la ONU, la nueva autoridad global patrocinada por los estadounidenses. Las iniciativas de independencia árabes de la posguerra buscaban unir a los árabes, pero fracasaron en su totalidad: la guerra contra la división de Palestina y la creación de Israel, el socialismo árabe del coronel Nasser, el partido laico Baaz en Siria e Irak, las iniciativas religiosas como los Hermanos Musulmanes. En su lugar, se dieron una serie de conflictos civiles e interestatales en los que EE UU terminaba por intervenir, inútilmente, tratando de imponer órdenes políticos prooccidentales en toda la región. Podría pensarse que las consecuencias de esos conflictos habrían enseñado a Occidente una dura lección, pero no ha sido así.
En este clima político de fracaso, marcado por el nacionalismo árabe y la aparente irresolubilidad del conflicto israelo-palestino, EE UU determinó que debía ser capaz de imponer un nuevo orden. Tal realidad era implícita a la política general estadounidense, tanto durante la guerra como en la posguerra. En Oriente Próximo debían cumplirse dos objetivos en el ámbito de la política exterior. El primero era garantizar el acceso de EE UU a la energía. Durante la guerra, dichas garantías quedaron consignadas en el acuerdo firmado entre Franklin Roosevelt y la Arabia de Ibn Saud, en virtud del cual los estadounidenses brindarían protección a Arabia Saudí a cambio de petróleo, directamente. El segundo objetivo era solucionar el problema israelo-árabe. Si Washington hubiese querido imponer una solución en la década de los cincuenta, a saber, la creación de dos Estados permanentes bajo los auspicios de EE UU, esa parte del mundo se habría ahorrado 60 años de guerra, tanto abierta como encubierta. Pero no fue así, e Israel vio refrendados sus ímpetus sionistas más esenciales, que planteaban tomar la totalidad de Tierra Santa sin importar el coste para los palestinos, a los que, en un primer momento, la propaganda israelí tildaba de “insignificante grupo de tribus nómadas”. La administración estadounidense se vio obligada, por las presiones internas, a defender invariablemente las consecuencias de aquella ficción.
En 1951 emergió otro obstáculo para el éxito de EE UU en Oriente Próximo: el primer ministro iraní, el populista Mohamed Mussadeq, nacionalizó las inversiones petroleras británicas contra la voluntad del sah. Este terminó exiliándose, pero en 1953 un golpe de Estado nacido de la agitación popular y espoleado por los servicios secretos británico y estadounidense le devolvió el trono. El gobierno de Richard Nixon lo ungiría más tarde como aliado de EE UU y guardián del orden en la región del Golfo. No obstante, en 1979, tras otro periodo de desórdenes internos, se vio obligado a huir debido a otra intentona golpista por parte de fundamentalistas chiíes. El secuestro de personal diplomático estadounidense supuso un varapalo para el gobierno de la superpotencia. Desde este acontecimiento, la política estadounidense está marcada por la enemistad hacia Irán.
La consecuencia más importante de aquellos hechos fue el ataque perpetrado por Irak contra Irán a raíz de conflictos territoriales, pero con el beneplácito implícito de EE UU. La guerra duró ocho años y fue una carnicería comparable a la de la Primera Guerra mundial. En 1990 Irak invadió Kuwait –territorio también reclamado– y una coalición liderada por los estadounidenses devolvió la libertad al pequeño país y su petróleo tras la entonces llamada guerra del Golfo. EE UU había resuelto mantener bases permanentes en Arabia Saudí, pese a la objeción árabe de levantar instalaciones militares junto a los lugares sagrados del islam. Tras los ataques del 11-S contra Nueva York y Washington, el movimiento Al Qaeda, integrado por saudíes, declaró explícitamente que mediante sus actos la ira de Alá castigaba las blasfemias de EE UU en Oriente Próximo. El presidente Bush contestó entonces que los yihadistas de Al Qaeda eran el “mal” personificado.
Las invasiones estadounidenses de Afganistán y el Irak árabe azuzaron el deseo de vengar los ataques del 11-S. Quedaron justificadas aquellas por una ficción, la supuesta existencia de armas de destrucción masiva de Irak, y por la interesada quimera estadounidense de “democratizar” esas dos sociedades y, en última instancia, el resto de Estados islámicos árabes y centro­asiáticos, potenciales nodos de un sistema liberal regional dominado por Washington.

EE UU: fracaso tras fracaso
El “nuevo Oriente Próximo” fundado por la OTAN a finales de 2003 ha fracasado flagrantemente, pero sigue siendo una aspiración del expansionismo visionario de algunos políticos estadounidenses neoconservadores (el último ejemplo de esta política ha sido el intento frustrado de atraer Ucrania al seno de la OTAN). La secretaria de Estado del gobierno de Bush hijo, Condoleeza Rice, escribió en Foreign Affairs (julio-agosto de 2008) las siguientes palabras: “La construcción de Estados democráticos es hoy un punto prioritario en nuestra agenda nacional y es reflejo de una actitud realista, inconfundiblemente estadounidense, que nos empuja a creer que el cometido de nuestro país es cambiar el mundo a su imagen y semejanza”. El 11 de septiembre de 2014, Vali R. Nasr, eminente director de la School of Advanced International Studies de la Universidad Johns Hopkins, opinaba así en The New York Times: “EE UU debe recabar en Oriente Próximo apoyos para la redistribución de poderes y la construcción nacional”. Ha transcurrido una década de fracasos pero ese gran designio no ha cambiado.
El presidente Obama ha declarado que el yihadismo del nuevo EI es en sí mismo una encarnación del mal que debe ser anulada y destruida. Los dos bandos enfrentados en esta reinterpretación de la “guerra contra el terror” lanzada por Bush –a saber, judíos y cristianos de Occidente de un lado y enemigos árabes de otro– se consideran “pueblos del Libro” y descendientes del profeta Abraham. En su fuero interno, no obstante, se han convertido en ejecutantes del apocalíptico destino descrito en el Libro del Génesis. Muchos evangélicos y protestantes estadounidenses se han convencido de que la política exterior estadounidense actual no puede entenderse sino en ese contexto.
El principal obstáculo para el éxito de esta nueva guerra de Washington en Oriente Próximo lo pone el hecho de que el modelo político estadounidense ni convence ni merece el respeto en los países de la región. Además, las políticas de EE UU no han tenido ningún éxito. Su actitud desde los ataques de radicales islámicos en 2001 contra Nueva York y el Pentágono ha socavado o subvertido deliberadamente instituciones encargadas de guardar el orden internacional, que en el pasado disfrutaban del apoyo incondicional de EE UU. Los códigos morales y de justicia internacionales, desarrollados por la comunidad occidental desde el siglo XVII, eran rechazados o ignorados cuando se creía conveniente, y EE UU exigía que se le eximiera de cumplir el Derecho Internacional, incluso de respetar normas relativas a los derechos humanos y la soberanía nacional, hasta hace poco aceptadas internacionalmente.
Así pues, la política exterior estadounidense se ha visto despojada de un elemento fundamental, un cimiento moral que originalmente se daba por supuesto. La asimilación de las modernas influencias, valores y prácticas de carácter totalitario, que caracterizan la política exterior de EE UU desde 2001, ha llevado a la justificación de asesinatos de Estado, matanzas selectivas a cargo de drones, incumplimiento de los procedimientos legales o tortura y reclusión incondicional sin juicio. Los mandatarios estadounidenses justificaban todo ello en el ámbito de un conflicto que no era guerra de religiones como tal, sino de absolutismos: uno, religioso; el otro, el nuestro, una cultura política de ensimismados y radicales nacionalismos milenaristas.

Forzar el choque de civilizaciones
Recuerdo la hipótesis que Samuel Huntington presentó al final de su carrera intelectual, según la cual la próxima guerra mundial será una guerra de religiones más que de Estados. Quien escribe desestimó en su día tal especulación, tildándola de proyección simplista de lo vivido en el siglo XX y de las típicas ideas estadounidenses sobre política exterior durante la década de los noventa, fundamentalmente promovidas por los agresivos neoconservadores islamófobos de Washington.
La implausibilidad de esa teoría es puesta de relieve por el argumento de que China (al parecer considerada ya por Washington el enemigo del futuro) formaría parte de una “conexión militar confuciano-islámica […] que contrarrestaría el poder militar occidental”. Una alianza que, de existir, no sería de mucha utilidad para China, nación con una minoría musulmana exigua y dispersa que no suma más del tres por cien de su población. El gigante asiático apenas sacaría provecho involucrándose en los conflictos entre Washington y el mundo musulmán.
El principal efecto de la hipótesis de Huntington cuando esta saltó a la palestra fue el incremento de los prejuicios antiárabes en EE UU, especialmente entre los amigos de Israel. Ello contribuyó a un ambiente político que hacía parecer inevitable la venganza pergeñada por la administración Bush tras los atentados del 11-S. Las teorías de Huntington tuvieron una influencia incluso mayor en los círculos intelectuales islámicos y entre los gobiernos árabes, debido a que era profesor de la Universidad de Harvard. El prestigio de Huntington, considerado el decano de los expertos estadounidenses en ciencia política (especialidad que en ese país alcanzó su madurez en la década de los treinta con el movimiento conductista), le ha convertido en una de las principales influencias académicas en Washington. ¿Proponía Huntington un ataque occidental contra el mundo musulmán? No: el artículo apareció en 1993, dos años después del ataque conjunto contra Irak debido a la ocupación de Kuwait; 10 años después se lanzarían la invasión de Irak británico-estadounidense y la guerra global contra el terror.
Si bien la alianza militar chino-árabe a duras penas tiene visos de realidad hoy, las hipótesis de Huntington sobre una nueva guerra religiosa han sido tomadas en serio en algunos círculos desde los atentados del 11-S, debido al auge de los partidos islamistas y la nueva yihad. Este año, a los pocos días de su proclamación como califato, desde el Congreso de Washington y los think tanks se comenzó a exigir obcecadamente el ataque contra el EI (al que también se le conoce por el acrónimo árabe Daesh). No se hicieron esperar tampoco las críticas a Obama por su renuencia inicial a actuar.
¿Cuál es la razón? Las intervenciones anteriores en Oriente Próximo se habían probado fútiles y perjudiciales para ambos bandos. En efecto, EE UU ha intentado erigirse en oligarca del moderno mundo árabe islámico, librando guerras y ordenando invasiones cuyo efecto real ha sido el enrarecimiento político de una grandísima parte de los árabes de Oriente Próximo y la justificación de una venganza que tanto el pueblo como sus líderes desean ver culminada. Obama se presentó a la presidencia con la promesa de poner fin a dos guerras, un trabajo que aún no ha rematado. Ahora, no obstante, trata de responder a las mofas y crímenes mediante los cuales el EI desea arrastrar a EE UU a una venganza aún más mortífera, lo cual justificaría, a su vez, las propias acciones y ambiciones del grupo terrorista.

Una guerra en la civilización islámica
Esta es una guerra que fundamentalmente se desarrolla en el seno de la civilización islámica, por causas religiosas, ideológicas y políticas que tienen su raíz en esa misma sociedad. Se suman a dichas causas provocaciones externas que perduran en el tiempo. Solo podrá ponerse fin a esta guerra desde dentro de esa civilización.
Lo que menos hace falta es otra intervención militar extranjera. La primera de las intervenciones imperialistas posteriores a 1918, encabezada por Reino Unido y Francia, hizo añicos la unidad árabe islámica que había existido en el último periodo otomano, cuando la Sublime Puerta era una superpotencia tanto europea como mediterránea. Las potencias europeas parcelaron la región durante el periodo de entreguerras y las intentonas posteriores a la Segunda Guerra mundial de recrear el ideal visionario de la nación árabe única se vieron definitivamente frustradas.
Los intentos estadounidenses de hacer del sah su ministro plenipotenciario y de Persia su principal agente en Oriente Próximo terminaron por crear un Irán fundamentalista, el principal enemigo de EE UU en la región. Las invasiones estadounidenses contra el régimen talibán en Afganistán y el Irak suní convirtió ambos países en regímenes títeres, arruinados y corruptos. Más tarde ocurriría lo mismo en Yemen y Libia. Podría pensarse que cualquier nueva estrategia estadounidense en Oriente Próximo será universalmente tachada de locura, incluso en Washington. Todas las anteriores no han traído sino destrucción y un fervoroso odio contra EE UU en gran parte –quizá la mayor parte– del mundo islámico. Tal vez sea responsable del “nuevo califato”. Washington se ha autoproclamado otra vez líder de una nueva intervención militar, un predecible fracaso en el que decenas o cientos de miles de personas, quizá millones, podrían encontrar la muerte de prolongarse indefinidamente en el tiempo.
La monarquía saudí y EE UU, en su calidad de patrocinadores de lo que queda del Estado iraquí, se presentan como defensores del potencial sucesor de los grandes poderes suníes, a saber, el EI, proclamado nuevo Califato Islámico que exige implícitamente el derecho a poseer los santos lugares del islam.
Coaligándose con EE UU para luchar contra el recién aparecido califato, Arabia Saudí y el resto de sus socios árabes reconocen de nuevo su dependencia de un poder forastero intervencionista a la hora de defender su propia integridad. El reino saudí admite, así pues, que no tiene la capacidad de devolver al mundo árabe la unidad e integridad que poseía durante el periodo otomano, evocando a su vez la capitulación en el siglo XX ante el imperialismo y la división impuesta por las potencias europeas. Arabia Saudí no quiere ni puede restablecer la unidad del pasado, cometido al que se ha entregado en cuerpo y alma el bárbaro movimiento suní, sea cual sea el peaje a pagar por el islam como civilización.
Rara vez se leen comentarios sobre hasta qué punto las ideologías políticas laicas posteriores a la Ilustración resultaban intrínsecamente inverosímiles, incluso absurdas y contrarias al sentido común, cuando no totalmente inalcanzables o siniestras: ideas que iban desde el utópico paraíso obrero o la “revolución perpetua”, al dominio nazi del mundo y el exterminio de los racialmente distintos, pasando por el armonioso reino económico en el que el mercado se autocorrige y crece ad infinítum, la reordenación de la civilización islámica o el dominio global de los más poderosos y la opresión del resto, lo que empujaría al hombre al cultivo de sus instintos más atrasados y crueles.
Marx dijo que la historia no planteaba problemas que no fuese capaz de resolver ella misma. Supongo que llevaba razón en el sentido de que todos los problemas de la historia en última instancia se resuelven de un modo u otro. Esto, no obstante, no es excusa para la locura ni consuelo para quienes sufren sus consecuencias.