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jueves, 27 de julio de 2017

Mokhtar Belmokhtar, el Bin Laden del Sáhara

Es el yihadista más buscado de todos los tiempos en la región, hasta el punto que la leyenda en torno a su figura le ha ido otorgando apodos como Míster Marlboro o el emir del Sahel

Foto: Foto sin fecha del yihadista Mokhtar Belmokhtar, difundida por el FBI. (Efe)
Foto sin fecha del yihadista Mokhtar Belmokhtar, difundida por el FBI. (Efe)
Es de las pocas imágenes que se tienen de él y, sin embargo, eso no impide que se deje de hablar de su persona, que se le haya matado decenas de veces y condenado sin su presencia otras tantas. Mirada al frente, donde muestra un ojo derecho de cristal, va vestido con chaqueta militar y un turbante negro en la cabeza. En mano, una Kalashnikov y, junto a él, una bandera negra. Es el yihadista más buscado de todos los tiempos en la región del Sahel, hasta el punto que en torno a su figura se ha creado una leyenda que le ha ido otorgando diversos apodos. El más mediático: Mister Marlboro, obtenido de los rumores que lo sitúan como uno de los mayores contrabandistas de cigarrillos y drogas en el desierto del Sáhara. El más común: El Tuerto, tras haber perdido un ojo en Afganistán. Pero también es conocido como Khaled Abou al-Abbas, el escurridizo, el Djinn (genio, criatura sobrenatural), el emir del Sahel o el Bin Laden del Sahara.
El 1 de junio de 1972 nace una de las mayores amenazas para el Sahel. Pero por entonces no es más que un recién nacido en Gardaya, una ciudad de Argelia; el pequeño de ocho hermanos. Le llaman Mohktar (que quiere decir `el elegido´) en homenaje a uno de sus tíos que se llamaba así y que había muerto decapitado por los franceses trece años antes, durante la guerra de la independencia de Argelia. La familia de Belmokhtar es modesta, su padre tiene un pequeño comercio con el que cubre las necesidades básicas de la familia. Todos van a la escuela y llegan a cursar estudios superiores, menos Mokhtar. El interés del pequeño Belmokhtar está en la mezquita, a la que acude asiduamente.

"Morir como un mártir"

Por entonces en Afganistán estalla la guerra (1978-1992) y Belmokhtar sigue con muchísimo interés este conflicto, llegando a identificarse y empatizar con los combatientes islamistas. Pero es el 24 de noviembre de 1989, tras la muerte del principal ideólogo de la yihad modernaAbdallah Azzam, fallecido al explotar su coche, cuando Belmokhtar toma la decisión de unirse a sus “hermanos” yihadistas en Afganistán. “Me afectó mucho su muerte y juré, junto con algunos amigos, unirme a la yihad. La mayor parte de estos amigos, por cierto, han muerto en combate. Desde ese día no sueño con otra cosa: morir como un mártir. Tenía 19 años”. Estas palabras pertenecen al propio Belmokhtar en una de sus raras entrevistas, divulgada en mayo de 2006 en Majallat al-Jamaa, la revista interna del ex GSPC (Grupo Salafista por la Predicación y el Combate), y recopilada por el periodista mauritano Lemine Ould Mohamed Salem en su libro “Le Ben Laden du Sahara: sur les trace du jihadiste Mokhtar Belmokhtar” [El Bin Laden del Sáhara: tras el rastro del yihadista Mokhtar Belmokhtar] (2014).
No se sabe cómo, pero Mokhtar consigue llegar desde Argelia a Afganistán, donde se formará en distintos campos de combate yihadistas y conocerá a varios líderes de la yihad. Será durante esta estancia cuando pierda la visión de su ojo derecho a causa de un inoportuno trozo de metralla, lo que le dará el mote de Laaouar, que en árabe quiere decir `el tuerto´. Tras este suceso, en 1993, Belmokhtar vuelve a Argelia, donde está teniendo lugar desde 1988 una guerra civil en la que, además, la corriente islámica está ganando terreno. Belmokhtar decide crear un pequeño grupo armado denominado la Katiba As-Shahada (Batallón del Martirio), afiliado al GIA (Grupo Islámico Armado), una organización terrorista que surge en Argelia en 1992.
Si por algo destacan las acciones lideradas por Belmokhtar es por su letalidad, demostrada ya desde sus comienzos. Así, en el primer ataque de la Katiba As-Shahada, asesinará a trece policías. Por aquel entonces, los ataques del grupo de Belmokhtar son realizados con el factor sorpresa en las carreteras del sur argelino. Sus objetivos preferidos, según explica Lemine Ould Mohamed Salem en su libro, son los convoy de compañías de hidrocarburos, de los que obtiene todoterrenos para venderlos en el mercado negro en los países limítrofes, permitiéndole comprar más arsenal militar para el grupo, así como ofrecerlo a otros maquis instalados en el norte de Argelia.
“Desde 1994, hemos recibido informaciones creíbles como que Belmokhtar se abastece de armas de guerra y municiones en distintos países de la región, inclusive la lejana Guinea-Conakry y Chad. Y por no hablar de Mali, Níger o Mauritania, donde Belmokhtar se siente desde hace tiempo en su casa en vista y conocimiento de todos. A menudo son los altos mandos del ejército local quienes le venden las armas. Todo el mundo lo sabe en la región, incluso las más altas autoridades de este país”, explica un ex comandante tuareg de la gendarmería maliense encargado de los servicios de información en el norte de Mali a Lemine Ould Mohamed Salem.

El contrabandista del desierto

Belmokhtar es reconocido como uno de los mayores contrabandistas del desierto, inclusive de tabaco y de droga, y es lo que le dará el apodo de Mister Marlboro. Sin embargo, testimonios recogidos por el periodista mauritano ponen en entredicho esta fama señalando que “como todo el mundo en el desierto, Belmokhtar ha traficado, pero no droga ni cigarros. Hace contrabando de carburante argelino del cual el litro está a 10 céntimos de euro en los surtidores de Argelia y se vende por diez veces más en otros países de la región. También ha invertido en el tráfico de productos básicos, subvencionados en Argelia, y que se venden muy caros en el norte de Mali o Níger”, señala un alto responsable político del Sahel, “este hombre es ante todo un islamista puro y duro. Un fanático”, añade.
Otro testigo cuenta una anécdota. Un convoy de tráfico de cigarrillos y droga dirigido por un hombre muy conocido en la región se cruzó con Belmokhtar en pleno desierto y al reconocerlo se paró a saludarlo. “Inmediatamente Belmokhtar se puso a sermonearlo diciéndoles que cometían un grave pecado traficando productos haram (prohibidos, en árabe)”, explica un alto responsable en el libro. Por otro lado, un conductor árabe maliense especializado en tabaco y que recorre habitualmente las rutas entre Mauritania, Mali, Argelia, Libia, Sudán y Egipto, afirma que “si Belmokhtar estuviera en el tráficos de cigarros yo sería el más feliz. Él y sus hombres nos crean muchos problemas. Cuando están en algún sitio es mejor evitarlos. Prefiero que me pillen los gendarmes que ellos”, asegura.


Al Qaeda en África

La admiración de Belmokhtar por Bin Laden es enorme y, si bien no tuvo la oportunidad de conocerlo durante su estancia en Afganistán, quiere aprovechar que Bin Laden se encuentra en Sudán, donde está refugiado desde 1994, para establecer los primeros contactos oficiales entre él y su grupo. Belmokhtar sueña con que el movimiento al que pertenece y Al Qaeda se fusionen. No obstante, tendrá que pasar un tiempo y varios episodios controvertidos hasta que Al Qaeda confíe en los argelinos, y no será hasta febrero de 2007 que nazca Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
Belmokhtar es responsable de que se establezca un puente aéreo entre Niamey (Níger) y Sebha (Libia) para los 360 coches que participan en el rally Paris-Dakar de 2000. Entonces el yihadista sólo tenía 27 años. Desde ese año se cancelaron etapas del rally hasta que en 2008 tuvo que ser suspendido en su totalidad por la amenaza yihadista y fue trasladado a Latinoamérica. Por otro lado, según un responsable de los servicios de seguridad de la región mencionado en el libro “Le Ben Laden du Sahara”, los primeros ciudadanos de países del Sahel convertidos en yihadistas habrían sido reclutados por Belmokhtar en los 90. Además, Mokhtar Belmokhtar será el propulsor de los secuestros a extranjeros como medio de financiación de sus actividades.
Soldados vigilando el recinto tras el ataque yihadista contra un hotel en Sevare, Mali. (Reuters)
Soldados vigilando el recinto tras el ataque yihadista contra un hotel en Sevare, Mali. (Reuters)
Belmokhtar se casará con una adolescente de una familia noble e influyente de la región de Tombuctú, en el norte de Mali. Un matrimonio que no pasará desapercibido pues Mokhtar no es de su categoría social y, además, es extranjero. Sin embargo, este compromiso le beneficiará tanto a él como a la familia .Los negocios de su suegro comenzarán a prosperar hasta convertirse en uno de los más ricos del lugar y Belmokhtar contará con la protección que le otorga pertenecer a esa tribu árabe maliense, siendo imitado más adelante por otros yihadistas.
Según explica a Lemine Ould Mohamed Salem un comandante encargado por aquel entonces de las informaciones en la región de Tombuctú, “en aquella época, se sabía quién era y dónde se encontraba, pero no se le podía arrestar. Nuestros jefes basados en Bamako nos dieron instrucciones de que debía sólo echársele un ojo, pero nunca arrestarlo. Era para no provocar un conflicto abierto con los yihadistas que podían hacer desbordar el conflicto argelino. Mali no tiene los medios de combatirlo y prefería una especie de pacto de no agresión con los grupos yihadistas”.

Cinco millones por su cabeza

Belmokhtar será dado por muerto en una decena de ocasiones. En junio de 2012 se dijo que fue asesinado en el norte de Mali, en marzo de 2013 que había sido liquidado por las fuerzas chadianas, también en el norte de Mali, en abril de 2015 lo afirmaban los servicios de inteligencia de Argelia, Níger y Mali y ese mismo mes fuentes de seguridad argelinas aseguraban que en marzo había sido envenenado. En junio de 2015 son las autoridades libias quienes anuncian su defunción tras un ataque americano y en noviembre de 2016 se dice que lo han matado en Libia los franceses.
Lo cierto es que parece que, aunque enfermo, Belmokhtar sigue vivo y se encuentra en Libiadonde permanece escondido desde 2014. Esta capacidad innata para librarse de la muerte le ha dado los sobrenombres de El escurridizo y el Djinn, una palabra árabe que hace referencia a criaturas sobrenaturales que viven entre los seres humanos, según la religión musulmana. Asimismo, Mokhtar Belmokhtar ha sido condenado en numerosas ocasiones, sin estar presente, a 20 años de prisión, cadena perpetua y a muerte. Además, en 2013, Estados Unidos puso precio a su cabeza: 5 millones de dólares. Y en 2015 la rama del Estado Islámico en Libia difundió un aviso en el que advertían que lo querían “muerto o muerto”.
Belmokhtar ha sido a menudo apartado, pero siempre ha regresado
Tras crear la Katiba As-Shahada y conseguir que Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) viera la luz, Mokhtar se separó de estos por desacuerdos y creó ‘Los firmantes con sangre’ en 2013. Ese mismo año el grupo que se unió a otro del norte de Mali, surgiendo otro movimiento también afiliado a Al Qaeda -a quien volvió a adherirse en diciembre de 2015-, Al Murabitún. El nombre de este grupo, que está activo actualmente, hace referencia a la dinastía bereber de los Almorávides que reinó entre los siglos XI y XII en el oeste del Sáhara y el Magreb, llegando incluso a dominar el sur de la península ibérica.

De peligroso jefe a "terrorista aislado"

Belmokhtar es responsable de los atentados más espectaculares en la región, así como de los que se han realizado contra hoteles y restaurantes frecuentados por occidentales en Mali, Costa de Marfil y Burkina Faso desde 2015. No obstante, la gran figura del yihadismo no está pasando por un buen momento en la actualidad. Según los servicios de seguridad de Mali, el yihadista ha pasado de ser un "peligroso jefe de grupo terrorista" a un "terrorista aislado".
Según la información recopilada por Middle East Eye, las fuerzas de seguridad mauritanas y malienses advierten que Belmokhtar ha sido destituido del mando de Al Murabitún y remplazado, sin hacerse oficial, por su adjunto, Abderrahmane Al-Sanhaji. Su ausencia, muy posiblemente por su estado de salud, habría contribuido a esta decisión. Empero, un exoficial de la lucha antiterrorista en Argel estima que no debe ser enterrado tan rápidamente. “A lo largo de su trayectoria de yihadista, Belmokhtar ha sido a menudo apartado, pero siempre ha regresado”.

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