La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán
Sura az-Zalzalah (El Terremoto) - Nº 99
La sura fue revelada en Medina y consta de ocho aleyas

Contenido y mérito de su lectura
Existen divergencias entre los diferentes intérpretes, en lo que respecta a si su revelación tuvo lugar en la Meca o en Medina.
La mayoría de ellos la consideran medinense y son unos pocos los que creen que es mequinense. La sura, habla de la Resurrección y los indicios de la llegada del Juicio Final, asemejándose de este modo más a las suras mequinenses.
No obstante, sabemos a través de un hadîz, que cuando la misma se reveló, Abu Sa‘îd Judrî hizo interrogantes sobre la aleya que dice: “Faman ia‘mal mizqâla dharratin...” [1] Y como es sabido, él se adhirió al Islam en Medina.
Este capítulo del Corán se ocupa de tres cuestiones: 1) De los indicios de la llegada del día del Juicio Final, 2) Del testimonio de la tierra acerca de las acciones de los humanos y 3) De la división de los bienhechores y malhechores y la recepción de los resultados de sus obras.
En lo que sigue, citamos dos importantes hadices respecto al mérito de su lectura:
Dijo el Profeta (PB): “Recitarlo, es como recitar la sura Al-Baqarah y por ello, se recibe la recompensa de quien haya leído una cuarta parte del Corán.”[2]
Del Imam As-Sâdeq (P): “No se cansen jamás de recitar “Az-Zalzalah”, puesto que a quien lo lea en sus oraciones aconsejables, jamás lo azotará un terremoto ni una centella, ni ninguna de las calamidades de este mundo.”[3]
Nº 99 - Sura Az-Zalzalah (El Terremoto)

Bismil lâhi ar rahmâni ar rahîm
1. Idhâ zulzilatil ardzilzâlahâ
2. Ua ajraÿatil ardu azqâlahâ
3. Ua qalal insânu mâlahâ
4. Iauma’idhin tuhaddizu ajbârahâ
5. Bi’anna rabbaka auhâlahâ
6. Iauma’idhin iasdurun-nâsu ashtâtan liurau a‘mâlahum
7. Faman ia‘mal mizqâla dharratin jairan iarâh
8. Ua man ia‘mal mizqâla dharratin sharran iarâh

En el nombre de dios, el compasivo, el misericordiosísimo
1. Cuando la tierra ejecute su fuerte temblor
2. Y la tierra expulse sus cargas
3. Y el hombre dirá: “¿qué le ocurre”?
4. Ese día contará sus noticias (la tierra)
5. Según lo que tu señor le inspire
6. En ese día los hombres comparecerán en tropel para ver sus obras
7. Quien haya hecho bien, por insignificante que sea, lo verá.
8. Y quien haya hecho mal, por insignificante que sea, lo verá.

El día en que el ser humano observará sus obras
La sura, comienza detallando algunos de los horrorosos eventos del fin de este mundo y el comienzo de la otra:

1. Idhâ[4] zulzilatil ardzilzâlahâ
1. Cuando la tierra ejecute su fuerte temblor
2. Ua ajraÿatil ardu azqâlahâ
2. Y la tierra expulse sus cargas
En cuanto a la expresión Zilzâlah”, es posible que se refiera a que en aquel día, todo el planeta Tierra temblará, (contrario a los temblores comunes que se dan en partes del planeta), o bien hace referencia al temblor prometido, es decir el fuerte temblor del Día del Juicio Final.[5]-[6].
Respecto al significado del término “Azqâl” (cargas), se han expuesto diversas versiones. Entre ellas se ha dicho que las cargas, serían los seres humanos que desde las tumbas serán lanzados al exterior. Esto se asemeja a la aleya 4 de la sura “Inshiqâq”, que dice: “Y (la tierra) arroje cuanto hay en ella y quede vacía”. (Corán 89:4)
Otra versión, afirma que serán los tesoros que hay en su seno los que serán lanzados y que esto hará lamentar a los desatentos mundanales.[7] Otra probabilidad, es que las cargas sobre las que hace mención el Corán, sean las lavas que expulsará la tierra, parte de las cuales usualmente se desprenden a raíz de la erupción de volcanes y los terremotos.
El día en que el mundo se acabe, luego de un gran terremoto, todo lo que existe en el seno de la tierra será expulsado.
La primera interpretación parece ser más adecuada, aunque la aleya puede hacer referencia a todas ellas.

Ese día, cuando el hombre vea tal escena sin precedentes, dirá:
3. Ua qalal insânu mâlahâ
3. Y el hombre dirá: “¿qué le ocurre”?
Aunque algunos afirman que el término “Insân”, se refiere a los incrédulos que dudaban de la Resurrección, el aspecto de la aleya, demuestra que se refiere a todos los humanos, ya que la sorpresa y el asombro de ese día, a raíz de los diferentes estados de la tierra, no abarcará sólo a los incrédulos.
¿Por ventura, el interrogante del hombre está referido a la primera “Nafjah” (primer tañido de la trompeta que provoca un terremoto mortal) o a la segunda “Nafjah” (segundo tañido de la trompeta que el día del Juicio Final, desencadenará un terremoto que revivirá a todos los hombres)?
En apariencia, la aleya habla de la primera “Nafjah”, es decir, el fin del mundo, aunque algunos alegan que podía ser la segunda, es decir, la resurrección de los muertos ya que los versículos que le siguen se refieren a la misma. No obstante, sabiendo que reiteradas veces el Corán menciona a ambos tañidos sucediéndose uno tras otro, la primera versión parece más adecuada. De acuerdo a la misma “Azqâl” (las cargas), serían las minas, los tesoros y las lavas que se desprenderán de la tierra.

4. Iauma’idhin tuhaddizu ajbârahâ
4. Ese día contará sus noticias (la tierra)
Ese día, la tierra revelará todas las bondades y las maldades que se realizaron sobre su faz. Ella, será uno de los principales testigos de las acciones de los hombres.
Preguntó cierta vez el Profeta (PB): “¿Por ventura sabéis sobre cuáles noticias habla la tierra?”. Le fue respondido: “Dios y Su Enviado lo saben.” Dijo: “Ella anuncia los hechos de cada hombre y cada mujer. Dirá por ejemplo: “Tal día aquella persona realizó tal acto.” ¡Así serán las noticias de la tierra!”.[8]
He aquí otro dicho del Profeta (PB): “Observad la ablución; el mejor de vuestros actos es la oración; y sed cautelosos respecto a la tierra, por cierto que es vuestra madre y por cierto que ningún hombre o mujer realiza un acto sin que sea revelado por ella”.[9]
Aconseja Abu Sa ‘îd Judrî: “Elevad vuestras voces cuando en el campo llamen a la oración, puesto que he oído decir al Profeta (PB): “No existe genio, ni humano, ni pequeña piedra que lo oiga, sin que dé testimonio el Día del Juicio.”[10]
¿Realmente la tierra hablará con la anuencia de Dios, o es que este hablar al que se refiere la aleya, será la manifestación de los resultados de los actos de los hombres sobre la tierra? Como sabemos, cada acto que el hombre realiza, le guste o no, deja efectos a su derredor, aunque no lo podamos percibir. Aquel día, todos esos efectos se manifestarán y la tierra no hablará más que de ello.
Considerando que en la actualidad, a través del avance de la ciencia y la tecnología, han sido inventados medios que permiten grabar la voz humana, o filmar sus acciones en diferentes sitios y a cada instante, no es tan extraño que el Día del Juicio, se plantee la presentación de un documento seguro e innegable. Si en antaño, se asombraban de solo pensar en el testimonio de la tierra, en la actualidad, existe una delgada cinta o una pequeña grabadora que se adhiere a la ropa, cual si fuera un botón que puede transmitir diversas cuestiones.
Dijo el Imam ‘Alî (P): “Realizad vuestras oraciones en diferentes partes de las mezquitas, puesto que cada porción de tierra atestiguará el Día del Juicio a favor de quien haya orado sobre ella.”[11]
Según un relato, se transmitió que cuando el Príncipe de los Creyentes (P), distribuía el tesoro público, realizaba dos ciclos de oración en el lugar y decía *refiriéndose al tesoro público): “¡Atestigua que te colmé con la verdad y te distribuí con la verdad!”.[12]

5. Bi’anna[13] rabbaka auhâlahâ
5. Según lo que tu señor le inspire
Ésta es una orden de Dios y la tierra no será negligente en su aplicación. El término “Auhâ” (le inspiró), es prueba de que tal misterioso hablar de la tierra, es contraria a su propia naturaleza y que no es posible sino con el poder de Dios.

6. Iauma’idhin iasdurun-nâsu ashtâtan liurau a‘mâlahum
6. En ese día los hombres comparecerán en tropel para ver sus obras
El término “Ashtât”, plural de “Shat”, significa dividido o esparcido. Esto indica que los adeptos de cada religión, entrarán por separado en el área de congregación o que un grupo entrará allí con bellos y alegres rostros, mientras otros, lo harán afligidos y tristes y sus rostros estarán ennegrecidos o en su defecto que cada comunidad entrara junto a su líder. Dice la aleya 71 de la sura Al-Isra: “El día que convoquemos a todos los hombres con sus líderes”. (Corán 17: 71)
Otra posibilidad, es que los creyentes y los incrédulos serán convocados por separado. Dado que el contenido es bastante amplio, podrían reunirse todas estas interpretaciones.
El vocablo “Iasduru”, derivado de la raíz Sadr”, es un término que se usaba para describir el momento en que los camellos, en tropeles, abandonaban amontonados y jadeantes el abrevadero. En este caso, el vocablo insinúa la salida de los diferentes pueblos, del seno de sus sepulcros y su presencia en el área de congregación para oír el cómputo. Además, es posible que se refiera al abandono de la congregación y la marcha hacia la morada eterna: el infierno o el paraíso.
Cabe citar, que la primera interpretación posee mayor concordancia con los versículos que le preceden.
La frase: “Liurau a‘mâlahum”, significa que los hombres observarán el resultado de sus actos, o el registro de los mismos, en el que ha sido grabado todo lo bueno y lo malo, o que se observará en su interior, es decir, que conocerá la calidad de sus acciones. Otra posibilidad, sería la observación de la materialización de sus propias acciones: “Taÿassum-ul a’mâl”.
Esta última interpretación, concuerda más con la apariencia de la aleya. El Día del Juicio Final, las acciones se materializarán armoniosamente y se manifestarán frente al hombre. Esta cristalización podrá acarrear su alegría o su perturbación.
Esta aleya, se considera una argumentación para “Taÿassum-ul a’mâl” (la materialización de las acciones).

7. Faman ia‘mal mizqâla dharratin jairan iarâh
7. Quien haya hecho bien, por insignificante que sea, lo verá.
8. Ua man ia‘mal mizqâla dharratin sharran iarâh
8. Y quien haya hecho mal, por insignificante que sea, lo verá.
Nuevamente aquí se presentan diversas interpretaciones: ¿observará el hombre la retribución por sus acciones, el registro de ellas o la acción misma?
Lo aparente de las aleyas, es un nuevo énfasis a la cuestión de la materialización de los hechos. Tanto los actos buenos como los malos, se materializarán frente a sus ejecutores, aunque fueran tan pequeños como la cabeza de un alfiler. En el diccionario, encontramos dos significados para la palabra “Mizqâl”: significa “peso” y también “medida de una balanza”. En este caso, se utiliza el primer significado. También respecto a la palabra “Dharrah”, encontramos diversas definiciones tanto en diccionarios, como en los libros de interpretación. A veces, se la traduce como hormiga pequeña, otras como cúmulos de tierra y otras como mínima partícula de polvo que vemos, por ejemplo, por el reflejo del sol que atraviesa una ventana. En la actualidad, sabemos que se define como átomo. Asimismo la bomba atómica se traduce en árabe como “Al-Qunbulatu-dh Dharrîiah”.
El átomo es tan pequeño, que no es posible de ver ni siquiera con el más sofisticado microscopio, lo que sí se visualiza es su efecto. En cuanto a su tamaño y su peso se consiguen a través de cálculos científicos y es tan increíblemente pequeño, que millones de ellos caben en la cabeza de un alfiler. Cualquiera sea el significado de “Dharrah”, lo cierto es que en este caso, indica la cosa más pequeña que existe sobre la faz de la tierra. Realmente éste, es uno de los versículos que más estremece al ser humano y que demuestra que el cómputo de Dios en aquel día, será extremadamente preciso y minucioso. Y la balanza será tan exacta, que ese día, serán pesados hasta los actos más insignificantes que el hombre haya podido realizar.

Precisión y exactitud del cómputo en el Día del Juicio Final
No solamente de las aleyas mencionadas, sino también de muchas otras, entendemos que el cómputo del juicio será muy preciso.
Dice la aleya 16 de la sura Luqman: “¡Oh hijito mío! Por cierto que, aunque (un acto bueno o malo) tuviera el peso de un grano de mostaza (“Jardal”) y estuviera oculto en una roca, ya sea en los cielos ya sea en la tierra, Dios los descubriría, porque Dios es Revelador, Omnisapiente”. (Corán 31:16)
El término “Jardal”, es un pequeño grano de mostaza, que en idioma árabe, es una ejemplificación para representar cualquier cosa de tamaño muy pequeño. Las aleyas en cuestión, nos advierten que no debemos considerar insignificantes, ni los pequeños pecados, ni las pequeñas bondades; porque lo que Dios incluye en su cómputo, no es algo que carezca de importancia. Algunos intérpretes sostienen que las mismas, fueron reveladas cuando algunos fieles del Profeta (PB) restaban importancia a pequeñas caridades, diciendo: “La recompensa, es para la caridad hecha con aquello que más amamos, hacerla con lo que no apreciamos, no conlleva a la recompensa”. Asimismo, estas personas eran negligentes respecto a los pequeños pecados. Las aleyas fueron reveladas, a fin de estimularlos a la realización de pequeñas bondades y apartarlos de los pequeños pecados.

Seguidamente se plantea un interrogante: Si el hombre observara aquel día todos sus actos, ¿cómo puede concordar entonces con las aleyas que hablan del “Ihbât” (desmerecimiento, malogro), “Takfîr” (expiación), “‘Afwu” (indulto), y “Taubah” (arrepentimiento), siendo que las aleyas de “Ihbât”, aseguran que la incredulidad desmerece todos los actos buenos y las de “Takfîr”, aseguran que los actos buenos anulan los malos? Como ejemplo de lo mencionado citamos dos aleyas coránicas:
“Si asocias a Dios, ciertamente se desmerecerá tu obra.”  (Corán 39:65)
“Por cierto que las buenas acciones se llevan las malas.” (Corán 11:114)
También en el caso de “Afwu” y de “Taubah”, se anuncia, que a través del indulto divino o el arrepentimiento los pecados desaparecen. ¿Cómo pueden llegar a concordar estos conceptos, con la teoría de la observancia de todos los actos el Día del Juicio?
Como respuesta debemos prestar atención a lo siguiente:
Los dos preceptos de la sura, que afirman que el hombre observará todos sus actos, sean ellos buenos o malos, conforman una norma general y obviamente cada ley puede que tenga excepciones. Las aleyas mencionadas, son precisamente una excepción a esta ley general.
Otra respuesta es, que en el Día del Juicio el hombre verá el resultado final de sus obras, y esta visión, equivale a la visión de todos sus actos. Como ejemplo, podemos afirmar que no verá las buenas acciones que malograron su incredulidad, ni aquellas malas acciones depuradas por las buenas ni tampoco aquellos errores que Dios le perdonó.

El más englobador de los versículos coránicos
Según se relata, ‘Abdul·lâh Ibn Mas‘ûd, consideraba a estas dos últimas aleyas, las más sólidas y categóricas del Sagrado Corán y las denominaba “Yâmi‘ah” (englobadoras). Y realmente es así, puesto que una profunda fe en ellas, es suficiente como orientación para el hombre hacia el camino de la verdad y alejamiento de toda maldad y corrupción. Dijo cierta vez un hombre al Profeta (PB): “¡Enséñame de lo que Dios te ha enseñado!”. Entonces el Enviado de Dios (PB) encargó a uno de sus fieles que le enseñara el Corán. Éste comenzó por la Sura “El Terremoto”. El alumno le dijo: “¡Me basta, me es suficiente!”. El Profeta (PB) aconsejó a su fiel: “¡Déjalo porque ciertamente se ha convertido en un sabio!”.
Y el motivo de esto es muy claro, puesto que quien alcanza la certeza de que su obra, aunque pese lo que un átomo o un grano de mostaza, será calculada sin duda, se ocupará de velar por sus actos, y esto tiene el mayor efecto educativo sobre él.[14]
Según otro relato, cuando la aleya se reveló Abû Sa‘îd Al-Judrî preguntó al Enviado de Dios (PB): “¿Es que acaso veré todas mis acciones?”. “Sí”, le respondió. Volvió a preguntar: “¿Las grandes acciones?”. “Sí”, le dijo. “¿Y las más pequeñas?”. “También”. Exclamó entonces: “¡Ay de mí!”. Y dijo el Profeta (PB): “La albricia de Dios sea sobre ti ¡oh Abû Sa‘îd! porque Dios multiplica una obra buena de diez a setecientas veces y si lo desea, también multiplica esas setecientas veces. Por el contrario, castiga un pecado sólo en la medida de ese pecado o lo indulta. ¡Ten la certeza de que nadie se salvará por sus propias acciones! (salvo que el Favor y la Bondad divina lo abarquen).” E interrogó Abû Sa‘îd: “¿Inclusive tú?”. “Incluso yo, a menos que Dios me incluya en Su Misericordia”, respondió.[15]

¡Oh Dios nuestro! Si tu Profeta (PB) que es tan majestuoso espera Tu indulgencia, ¿qué será de nosotros?
¡Oh nuestro Creador! Pobre de nosotros si nuestras acciones serán la balanza de nuestra salvación y qué beatitud si Tu bondad nos acompaña.
¡Oh Señor nuestro! Sólo esperamos Tu vasto favor el día que se materialicen ante nuestros ojos nuestras pequeñas y grandes acciones.
¡Así sea, oh Señor de los Mundos!
Fin de la Sura Az-Zalzalah.

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Fuente: La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán- tomo 27
Editorial Elhame Shargh
Todos derechos reservados.
Se permite copiar citando la referencia.
Fundación Cultural Oriente

[1] Ruhul Ma'ani, t. 30, p. 208
[2] Maÿma‘ al-Baiân, t. 10, p. 524.
[3] Usûl al-Kâfî, t.2, p. 626, hadiz 24. Nûr az-Zaqalain, t. 5, p. 647.
[4] La preposición “Idhâ” aquí es condicional y existen varias probabilidades respecto a cuál es su respuesta (yawab). Algunos consideran que es: Iauma’idhin tuhaddizu ajbârahâ; otros consideran que es: Iauma’idhin iasdurun-nâsu ashtâta”; otros consideran que la respuestas (yawab) está tácita, de manera que la gente preguntaba: “¿Cuándo es el Día del Juicio Final?”, y el Corán en respuesta dice: “Cuando surja aquel fuerte temblor surgirá el Día del Juicio Final.”
[5] En el primer caso la adición de la palabra zilzâlahâ” al pronombre “hâ” nos da a entender la generalidad de zilzâlah” y en el segundo caso el significado de ‘ahd.
[6] Zilzâl” tiene significado de infinitivo (masdar) y Zalzâl” tiene significado de un sustantivo que es el resultado de la acción (esme masdar). Esto es común en todos los verbos que se usan en forma mudâ’af (verbos que tienen letras que se repiten).
[7] “Azqâl”, el plural de “Ziql” significa “carga”, y algunos consideran que es plural de “Zaqal” que significa “muebles de la casa” o “el equipaje del viajero”; no obstante el primer significado es más adecuado.
[8] Nûr az-Zaqalain, t. 5, p. 649.
[9] Maÿma‘ al-Baiân, t. 10, p. 526.
[10] Ibíd.
[11] Biharul Anuar, t. 77, p. 384, hadiz 59.
[12] La‘âlî al-Ajbâr, t. 5, p. 79.
[13]La preposición “Bi” (بـ) en “Bi’anna” (بأنّ) tiene el sentido de “causalidad”, y la preposición “La” (لـ) en “Lahâ” (لها) tiene el significado de “hacia” (“Ilâ” = إلى).
[14] Tafsîr Rûh al-Baiân, t. 10, p. 495. Este mismo contenido se encuentra en Nûr az-Zaqalain, t. 5, p. 650.
[15] Ad-Durr al-Manzûr, t. 6, p. 381.
La Interpretación del Sagrado Corán- Sura az-Zalzalah (El Terremoto) - Nº 99.jpg
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