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domingo, 24 de diciembre de 2017

A PUNTO DE NACER UN NUEVA ETAPA PARA EL ESTADO ISLÁMICO (UN ARTÍCULO DE CIERZO BARDENERO)

Ante los persistentes rumores de la muerte de Al Baghdadi , surge con fuerza una hipótsis, no confirmada, sobre el ascenso del franco-tunecino Al Tunisi
El líder franco-tunecino  Jalaluddin al Tunisi .
El líder franco-tunecino Jalaluddin al Tunisi .
Firma: Cierzo Bardenero
Pese a las declaraciones triunfalistas del Gobierno iraquí y la visita del primer ministro Al Abadi a Mosul para declarar la cuidad libre de la amenaza terrorista, el ejército todavía combate al Estado Islámico en algunos barrios de la ciudad y milicias afines a duras penas contienen una ofensiva yihadista desde la sudoriental bolsa de Hawija.
Tras meses de operaciones militares en la segunda ciudad del país y en la provincia de Ninive, el gobierno estima que el Estado Islámico ha sufrido una severa derrota al perder 10.000 efectivos en los combates, ser desalojado del norte del país y empujados hacia la frontera con Siria.
Sin embargo esta victoria, que no lo es tanto, se ha alcanzado a un alto precio para Iraq, ya que Mosul ha quedado bastante dañada fruto de los durísimos combates y su ejército muy tocado, con bajas de en torno al 40% en sus fuerzas especiales.
Un poco más al norte, el Estado Islámico encadena retiradas en sus enfrentamientos contra el ejército sirio, y su capital, tras ser cercada por las Fuerzas Democráticas Sirias, está siendo asaltada y es posible que sea liberada en cuestión de semanas.
Por si esto fuera poco, los sempiternos rumores de la muerte de su líder a manos de las fuerzas sirias, rusas, estadounidenses o iraquíes se han redoblado haciendo mella en sus seguidores en Iraq, donde supuestamente ha habido enfrentamientos entre militantes nacionales y foráneos.
Pese a que Estado Islámico no ha anunciado oficialmente la muerte de su líder ni a través de “agencias de prensa próximas” ni a través de sus publicaciones oficiales, esta semana ha surgido en la prensa árabe el nombre del franco-tunecino Jalaluddin al Tunisi como su sucesor al frente de la organización.
La elección de este nombre no tiene base en ninguna fuente interna y de ser cierto vendría a ser un extraño movimiento del Estado Islámico, ya que aun siendo un veterano de la organización y líder de la franquicia en Libia, nunca ha formado parte del núcleo duro de la misma.
Por consiguiente, este acenso solo se podría deber a que el liderazgo de la organización está diezmado, los supervivientes no dan el perfil o los consejos consultivos han aprovechado desconcierto sobre la muerte de Al Baghdadi para desautorizar a sus lugartenientes por la gestión del Califato y la guerra.
Solo el tiempo dirá si es cierto el ascenso de Al Tunisi al liderazgo del Estado Islámico o solo es una serpiente de verano, pero de confirmarse su nombramiento, los orígenes y el carácter del mismo nos transportarían a un nuevo ISIS con nuevos objetivos y, quizás, nuevas estrategias para lograrlos.
Nacido en Túnez, como bien indica su nombre de guerra, muy de joven emigró con su familia a Francia donde creció y se acabó nacionalizando para volver a su país de origen una vez comenzó la primavera árabe que derribó a Ben Ali.
Acabada su misión en Túnez se trasladó a Siria a continuar la yihad y allí fue cuando entró en contacto con el Estado Islámico, en cuyas filas pasó a militar y con el tiempo fue nombrado por Al Baghdadi para coordinar y dirigir los diferentes grupos pro ISIS surgidos en Libia.
Por tanto estaríamos ante un líder que ha crecido en Europa, conoce su psique ante una agresión yihadista, y lo que es más importante, está vinculado tanto a los yihadistas que han combatido en Oriente Medio, en el Magreb, como a las redes radicales europeas y a los retornados.
Una vez perdidas Iraq y Siria, existen bastantes posibilidades de que Al Tunisi, como líder del Estado Islámico, se centrase en revitalizar la organización en el norte de África, lugar donde a pesar de los éxitos iniciales el ISIS ha entrado en un profundo declive.
Y es que, enfrentados al resto de organizaciones yihadistas, el Estado Islámico ha sido desalojado de Derna, Bengasi y la gran franja costera en torno a Sirte, no arraiga en el Sahel y hay claros síntomas de división en Boko Haram entre la línea pro ISIS y la encabezada por su anterior líder Shekau.
Dicha revitalización del Estado Islámico en el norte de África ha de pasar necesariamente  por trasladar los restos de la organización desde Oriente Próximo a la zona, el redirigir a los nuevos reclutas a este frente y crear nuevas formas de financiación ya sea por el tráfico de drogas, personas o secuestros.
El objetivo a medio plazo seria enlazar sus  escondrijos en el desierto del sur de Libia  con el territorio que controla Boko Haram vía Sahel, y a través de tal fin dar entrenamiento militar y en explosivos a jóvenes venidos desde Europa a la tierra de sus padres o abuelos aprovechando la cercanía y los lazos familiares.
Sin embargo, para lograrlo no solo tendría que enfrentarse a los ejércitos de los países de la zona apoyados en mayor o menor medida por Occidente, sino también a la rivalidad de Al Qaeda cuya presencia en el Magreb y el Sahel es infinitamente superior a la del Estado Islámico.
En el pasado, la incapacidad de aceptar la competencia en el campo yihadista provocó la práctica desaparición del grupo en Libia, siendo el nombramiento de Al Tunisi  un intento de recomponer relaciones con diferentes grupos de Al Qaeda como la tunecina Katibat Uqba ibn Nafi.
La elección del Al Tunisi al frente del Estado Islámico podría ser un intento desesperado de la organización por tender puentes a otras grupos como Al Qaeda buscando colaboraciones y sinergias que permitan a ambos resistir los embates de la lucha antiterrorista a nivel global.
Lo cierto es que la nueva cúpula del Estado Islámico ya sea con Al Tunisi u otro al frente, por fuerza ha de realizar un análisis y corrección de errores porque el perseverar en la estrategia seguida por Al Baghdadi solo les puede llevar a la marginalidad y su sustitución por otro grupo que se haya adaptado a la realidad del momento.

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