Escuchar a nuestro corazón
A veces hay tantas distracciones en nuestras vidas, tanto ruido externo, que no podemos escuchar nuestro propio corazón. Tenemos que calmar nuestra mente y recuperar el contacto con la naturaleza del estado puro que nos ha dado Dios. Debemos escuchar nuestra intuición, escuchar el mensaje de nuestros corazones y abrirnos a la clara luz de la guía divina.
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